El día de ayer trascendió un vídeo que debería encender todas las alarmas: una veintena de inmigrantes ilegales desembarcaron a plena luz del día en la playa de Castell de Ferro, ante la mirada atónita de los bañistas.
La lancha se acercó a la costa sin que se produjera ninguna acción por parte de las autoridades. Ni una embarcación ni una aeronave persiguieron la patera que, en una operación rapidísima, dejó a los invasores a pocos metros de la tierra y regresó a ultramar.
Los desembarcados salieron corriendo en todas direcciones, mientras los veraneantes entraban en pánico al no saber qué ocurría.
Esto es una nueva muestra de cómo la presión migratoria sigue creciendo ante la mirada impávida del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Mientras tanto, las mafias que trafican con personas se frotan las manos haciendo su agosto —nunca mejor dicho— con un negocio que crece al amparo del falso buenismo de la izquierda y de la acción cómplice de diversas ONG.
Bertrand Ndongo trata este y otros temas de actualidad en el ‘24×7’ de este martes, 5 de agosto.