El Supremo estrecha el cerco al exnúmero tres socialista

El PSOE recurre a su abogado estrella para blindar a Santos Cerdán y asegurarse de que no ‘canta’

La cúpula del PSOE activa su defensa más potente para evitar que el caso Koldo hunda a su antiguo secretario de Organización y desestabilice aún más al Gobierno

Gonzalo Martínez Fresneda es el abogado estrella del PSOE, con Santos Cerdán
Gonzalo Martínez Fresneda es el abogado estrella del PSOE, con Santos Cerdán. PD

Mo tienen vergüenza.

Ni siquiera se tapan.

La política española vive días de alta tensión tras la irrupción de la crisis judicial que sacude al PSOE con la citación del exsecretario de Organización, Santos Cerdán, ante el Tribunal Supremo.

La noticia ha corrido como la pólvora: el número tres socialista, una figura clave en la maquinaria interna del partido y hombre de confianza de Pedro Sánchez, se enfrenta a “consistentes indicios” de delitos de organización criminal y cohecho según el informe demoledor elaborado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

Entre las revelaciones, destaca la aparición de grabaciones y mensajes incautados al exasesor ministerial Koldo García, que sitúan a Cerdán en el epicentro de una presunta trama de cobro de comisiones ilegales vinculadas a adjudicaciones públicas.

El escándalo ha obligado a Cerdán a dimitir fulminantemente de sus cargos en el partido, aunque con un matiz estratégico que pone los pelos de punta a más de uno en Ferraz: el exnúmero tres aún no ha entregado oficialmente su acta de diputado, preservando así su aforamiento y blindándose frente a medidas cautelares inmediatas.

Un abogado para los días más oscuros: estrategia defensiva del PSOE

La reacción del PSOE ante esta crisis no se ha hecho esperar. La dirección socialista ha decidido poner toda la carne en el asador y encomendar la defensa de Santos Cerdán a uno de sus abogados más reputados —el mismo que ya actuó como acusación particular en causas clave para el partido—, señal inequívoca de que en Ferraz temen no solo por la suerte judicial del exdirigente, sino también por las posibles derivadas políticas y personales si “el eje de todas las corrupciones”, como lo denominan algunos medios críticos, decide tirar de la manta.

Este letrado no es un desconocido en las trincheras judiciales socialistas. De hecho, fue quien pidió prisión para Víctor de Aldama —implicado junto a Cerdán y Koldo García— y se personó en el propio ‘caso Koldo’ para recabar información sensible en nombre del PSOE. Ahora, su misión parece clara: evitar que Cerdán “cante” ante el juez o, al menos, minimizar los daños colaterales que una confesión completa podría acarrear para las estructuras internas del partido y para dirigentes pasados y presentes.

No es solo una cuestión penal; es una operación contención política en toda regla. En palabras coloquiales: cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.

El suspense del acta: ¿cuándo perderá Cerdán el aforamiento?

Una incógnita clave sigue sin despejarse: ¿qué ocurre con el acta de diputado del todavía aforado Santos Cerdán? El propio Tribunal Supremo ha preguntado formalmente si piensa entregar esa credencial antes o después del 25 de junio, fecha marcada para su declaración voluntaria. Hasta que no formalice ese trámite ante el registro del Congreso, sigue gozando del paraguas judicial que otorga ser diputado nacional; esto impide registros domiciliarios o detenciones exprés sin autorización parlamentaria.

A última hora del viernes 13 de junio, pese al anuncio público de renuncia, Cerdán seguía figurando como diputado. Fuentes parlamentarias confirman que mientras no haya entrega material del acta —algo imposible ya hasta el lunes por cierre administrativo— ninguna orden judicial podrá ejecutarse contra él durante el fin de semana. Esta maniobra dilatoria añade presión mediática y política tanto sobre él como sobre la dirección socialista.

El origen y alcance del escándalo: ¿cómo se gestó la tormenta?

El llamado ‘caso Koldo’ arrancó como una investigación sobre contratos públicos durante la pandemia, pero pronto mutó en un asunto mucho más grave. Según los informes policiales y testimonios recogidos en sede judicial, existía desde hace años una red perfectamente estructurada para repartirse mordidas por adjudicaciones públicas. El norte peninsular habría sido territorio bajo control directo de Cerdán —“el cupo vasco es de Santos”, llegó a declarar Víctor de Aldama—, quien supuestamente recibía pagos por favorecer a empresas amigas desde Ferraz.

El informe definitivo entregado al Supremo apunta incluso a pagos ilícitos superiores a 600.000 euros y sitúa tanto a José Luis Ábalos como a Santos Cerdán como beneficiarios directos o indirectos. Las conversaciones intervenidas dejan entrever una dinámica bien aceitada donde favores políticos se traducían rápidamente en transferencias opacas.

Reacciones políticas: Ferraz se blinda (o lo intenta)

En Ferraz cunde el nerviosismo. La caída estrepitosa del hasta ahora intocable secretario de Organización supone un golpe devastador para la imagen regeneracionista que Pedro Sánchez trataba de vender tras los últimos escándalos internos. La operación defensa total con abogado estrella evidencia no solo temor jurídico sino también pánico político ante una posible reacción en cadena si Cerdán decidiera colaborar plenamente con la justicia.

Desde las filas socialistas se insiste públicamente en su inocencia (“jamás he cometido ilegalidad alguna”, declaró Cerdán), pero lo cierto es que muchos temen una tormenta aún mayor si finalmente pierde su aforamiento y se ve obligado a responder sin red ante los jueces.

Curiosidades, datos llamativos y detalles jugosos

  • La entrega (o no) del acta parlamentaria se ha convertido casi en un thriller burocrático: mientras no lo haga efectivo en horario administrativo, ningún juez podrá ordenar registros ni detenciones inmediatas.
  • El mismo abogado que ahora defiende a Cerdán fue quien solicitó prisión para Aldama —lo que desata especulaciones sobre posibles conflictos internos o pactos bajo cuerda.
  • Según fuentes parlamentarias, estos movimientos dilatorios con los aforamientos son cada vez más habituales entre diputados acorralados por investigaciones penales.
  • El origen real del caso está vinculado indirectamente al escándalo madrileño por las mascarillas durante la pandemia; fue ahí donde se destaparon contactos sospechosos entre empresarios y dirigentes socialistas.
  • En círculos internos se rumorea que varias conversaciones grabadas dejan muy mal parados tanto a Ábalos como al propio Sánchez… aunque eso es harina (judicial) de otro costal.

Mientras tanto, España asiste expectante al desenlace judicial y político: ¿se atreverá alguien más en Ferraz a pedir refuerzos jurídicos? ¿O veremos pronto nuevas dimisiones sonadas? Nadie lo sabe… pero nadie duda ya del profundo impacto que este escándalo tendrá sobre las próximas semanas políticas.

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