El 2 de julio de 2025 será recordado como uno de esos días en los que una simple frase resume el desplome de todo un edificio político. La lapidaria confesión de Koldo García a José Luis Ábalos, recogida en una conversación grabada por la Guardia Civil, ha dejado al PSOE en estado de shock, tal y como cuenta ‘The Objective’: «Para mí eres sagrado. Santos es un hijo de puta que no me coge el teléfono después de todo lo que he hecho por él, y te garantizo (sic) que no te puedes ni imaginar. Porque lo tuyo es un juego de niños comparado con él. Porque hay cosas mucho más graves en lo que ha hecho él».
No es una boutade más del folclore político español, sino la punta del iceberg de una trama que, por su crudeza y desparpajo, ha dejado sin palabras hasta a los más curtidos en las lides parlamentarias.
En ese audio, fechado el 23 de noviembre de 2023, Koldo García —el asesor que saltó de la nada a los despachos ministeriales— exige a su antiguo jefe mediación para verse con Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE y hoy preso preventivo. La conversación es un festival de reproches, amenazas veladas y detalles tan prosaicos como la reclamación de dos obras públicas para él mismo. «Yo no tengo ni para pagar las cuotas de mi hipoteca», llega a lamentarse Koldo, que incluso detalla cómo la trama ya habría cobrado 620.000 euros y aún les adeudarían otros 450.000 más.
De los despachos a Soto del Real: Santos Cerdán en prisión
El escándalo estalla cuando la Fiscalía Anticorrupción pide prisión para Santos Cerdán ante el riesgo de fuga y destrucción de pruebas. El Tribunal Supremo no se anda con rodeos: auto directo y a Soto del Real, prisión comunicada y sin fianza para el exnúmero tres del PSOE. La imagen resulta demoledora para Ferraz, pues nunca antes un secretario de Organización socialista había pisado una celda por corrupción.
La acusación no es menor: la Fiscalía sostiene que Cerdán es «el jefe de una organización criminal» dedicada al cobro de comisiones ilegales por adjudicaciones públicas, en connivencia con Ábalos y Koldo García. El propio Cerdán niega las acusaciones y denuncia ser víctima de una persecución política por sus negociaciones con nacionalistas vascos para investir a Pedro Sánchez. Pero su defensa no convence ni siquiera a algunos compañeros socialistas, que hablan abiertamente de traición interna.
José Luis Ábalos: ¿víctima o protagonista?
En este sainete, José Luis Ábalos parece moverse entre dos aguas. Por un lado, la conversación revela su papel mediador entre Koldo y Cerdán; por otro, los informes policiales lo sitúan como beneficiario potencial de sumas considerables —hasta 450.000 euros pendientes— procedentes supuestamente del reparto ilícito. Aunque el juez le ha evitado la prisión provisional —le basta con retirarle el pasaporte y obligarle a comparecer cada quince días—, su figura está más tocada que nunca.
La dirección socialista se esfuerza en desligar su suerte personal del partido. María Jesús Montero lo ha dejado claro: «No basta con remitirnos a que la justicia haga su trabajo; nos estamos jugando la credibilidad». Sin embargo, para muchos militantes y votantes resulta difícil digerir que los dos últimos secretarios de Organización acaben señalados judicialmente casi al mismo tiempo.
El PSOE ante el abismo: traición interna y daño reputacional
El efecto devastador sobre el PSOE es innegable:
- El caso ha abierto una grieta profunda en el partido, con Ferraz intentando desmarcarse a marchas forzadas tanto de Cerdán como de Ábalos.
- Las grabaciones revelan un ecosistema político basado en lealtades personales, reparto opaco de favores y un desprecio absoluto por los mecanismos institucionales.
- La oposición aprovecha cada nuevo audio como munición electoral mientras crece el hartazgo ciudadano ante un escándalo que parecía exclusivo del pasado.
- En público, la cúpula socialista habla de «errores personales» y expulsa a los implicados; en privado, muchos dirigentes admiten sentirse traicionados e impotentes ante una herida que parece sangrar sin remedio.
