Marido de Begoña no encuentra refugio ni en las pistas de esquí

El socialista Sánchez es abucheado por un grupo de esquiadores: «¡Chorizo! ¡Tendrías que estar en la cárcel!»

El amo del PSOE lleva muchos meses huyendo de la gente y de la calle

Ni un respiro para Pedro Sánchez.

El marido de Begoña, parece no encontrar un momento de paz ni siquiera durante sus vacaciones navideñas.

Este sábado 28 de diciembre de 2024, mientras intentaba disfrutar de una jornada de esquí en la estación de Cerler (Huesca), junto a su imputada esposa y a pesar de las extraordinarias medidas de protección montadas por su equipo para aislarlo de la gente, el amo del PSOEa fue objeto de abucheos y gritos por parte de otros esquiadores.

Numerosos presentes en las pistas pudieron escuchar los gritos y ver el espectáculo.

La escena, captada en vídeo y difundida rápidamente por redes sociales, muestra a un Sánchez visiblemente incómodo mientras se prepara para descender por una de las pistas practicando snowboard.

Entre los gritos que se escuchan claramente, destaca uno particularmente duro: «¡Tendrías que estar en la cárcel!».

Otro esquiador, haciendo gala de un humor ácido, le espetó: «¡Quiero un ministerio de chorizo!», en clara alusión a los recientes escándalos de corrupción que salpican al Gobierno Frankenstein.

Y como ya es habitual en las apariciones públicas del presidente, no faltó el ya célebre «¡Que te vote Txapote!».

En definitiva, parece que ni siquiera las blancas pistas de esquí ofrecen ya un refugio seguro para un presidente acosado por la polémica y el descontento ciudadano.

Estos incidentes no son casos aislados.

Desde hace meses, Sánchez ha optado por reducir al mínimo sus apariciones públicas, consciente del creciente descontento ciudadano que se manifiesta en forma de abucheos cada vez que pisa la calle.

Sin embargo, la estrategia de «bunkerización» del presidente parece estar llegando a sus límites, pues ni siquiera el anonimato que podría proporcionar el equipo de esquí ha sido suficiente para evitar el reconocimiento y las posteriores muestras de desaprobación.

Este lunes 30 de diciembre retorna a Madrid y se supone que una vez en La Moncloa, aisaldo, se librará de los abucheos.

Un historial de encuentros incómodos

El episodio de Cerler se suma a una larga lista de momentos tensos vividos por Sánchez en sus escasas apariciones públicas durante los últimos meses. Recordemos algunos de los más sonados:

  • En septiembre, durante la inauguración de un tramo del AVE en Extremadura, un grupo de agricultores le recibió al grito de «¡Mentiroso!» y «¡Dimisión!».
  • En octubre, su visita a una fábrica en Valladolid se vio empañada por las protestas de los trabajadores, que le acusaron de «vender España a los separatistas».
  • Noviembre fue especialmente complicado, con abucheos en la celebración del Día de la Constitución y gritos de «¡Traidor!» durante un acto en Barcelona.

La presencia de Begoña Gómez junto al presidente en estas vacaciones no ha hecho sino avivar la polémica.

La esposa de Sánchez, imputada en un caso de presunto tráfico de influencias, ha mantenido un perfil bajo en los últimos meses, evitando aparecer en actos públicos. Sin embargo, su decisión de acompañar a Sánchez en este viaje ha sido interpretada por muchos como un desafío a la opinión pública.

Gabriel Mur, director de la estación de Cerler y ex candidato del PSOE en las elecciones locales de Benasque, ha declinado hacer comentarios sobre la estancia del matrimonio presidencial.

Por su parte, José Jordana, ex concejal socialista y actual regente del Hotel Casa Cornel donde se hospedan Sánchez y Gómez, se ha limitado a declarar que «todos los huéspedes merecen privacidad y respeto».

Un «Gobierno Frankenstein» cada vez más cuestionado

  • Sánchez es un habitual de la estación de Cerler desde su adolescencia. Su primera visita se remonta a cuando tenía 12 años, durante una excursión escolar.
  • El Hotel Casa Cornel, donde se aloja la pareja presidencial, ha disparado sus precios en estas fechas navideñas.
  • Begoña Gómez, en una visita anterior, pidió a su monitora de esquí que se quitara el uniforme reglamentario para pasar más desapercibida.
  • La estación de Cerler pertenece al Grupo Aramón, participado al 50% por el Gobierno de Aragón, que durante años estuvo controlado por los socialistas.
  • En su compra en una tienda local, Sánchez adquirió varios complementos femeninos por 30 euros cada uno, posiblemente como regalo navideño para su esposa.

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