MADRID, 11 (OTR/PRESS)
Con mucha frecuencia los partidos políticos y sus dirigentes no tienen piedad del ciudadano de a pié. Digo esto porque cuando la ciudadanía ha soportado estoicamente una campaña electoral pobre y de muy poco nivel, y cuando ha transcurrido ya casi una semana de la celebración de las elecciones europeas, los dirigentes políticos todavía siguen enfrascados en debates estériles que tienen muy poco interés como, por ejemplo, las consecuencias de los resultados para unos o para otros; las causas de los mismos, etc.
Es verdad que por primera vez en muchos años, los propios partidos reconocen que no todos han ganado. El PSOE ha reconocido la derrota, aunque intente minimizarla y circunscribirla a una situación de crisis económica y el PP, sobre todo Rajoy y su entorno mas cercano, están en un estado de euforia que tuvo su expresión mas chocante cuando en su intervención del pasado martes ante el comité ejecutivo de su partido, Rajoy hizo la proyección de los resultados del pasado domingo a unas elecciones generales, como si no supiera todo el mundo, empezando por él mismo, que eso no tiene ninguna base ni real ni científica.
En una situación de grave crisis económica, con cuatro millones de parados, los ciudadanos han asistido atónitos en estos días a un cruce de golpes entre el PSOE y el PP, entre el PP y el PSOE, para ver quien es más guapo y más chulo. Los unos, los populares, amagando con una moción de censura a Zapatero o pidiéndole que se someta a una cuestión de confianza. Los otros, los socialistas, retando al PP a que se atrevan a presentar esa moción de censura en la seguridad de que hoy por hoy, Rajoy no tendría los apoyos necesarios para sacarla adelante. Aunque el esperpento máximo lo ha protagonizado ese político «profesional», en el peor sentido de la palabra, que es el dirigente de CIU Duran Lleida que sin ningún rubor ha animado al PP a presentar la moción de censura a Zapatero pero, eso sí, advirtiendo que su grupo no la apoyaría. ¿Se puede tener mas cara dura?
Quedan tres años para las próximas elecciones generales y dos para las municipales y autonómicas. En un momento de graves crisis económica, y pasadas las elecciones europeas, lo que debería hacer tanto el Gobierno como el principal partido de la oposición es aparcar sus disputas electorales y aplicarse en la tarea urgente y prioritaria de ver como se sale de esta crisis. Es verdad que la responsabilidad mayor la tiene quien está en el poder y así se le debe de exigir a Zapatero y a su gobierno. Pero no es menos cierto que los ciudadanos también querrían ver que ante una situación tan delicada como la que están atravesando muchas personas, muchas familias, muchas empresas, el PP arrima el hombro y pone su granito de arena sin buscar exclusivamente el desgaste de su adversario político. Si Rajoy quiere llegar en el 2012 a la Moncloa deberá hacerlo convenciendo a los españoles que su alternativa es mejor que la de Zapatero y eso exige, en primer lugar, explicarla y darla a conocer, cosa que de momento no ha hecho.
CAYETANO GONZALEZ
