Pablo González: «La Incultura cultural»

Pablo González: "La Incultura cultural"

Está muy claro que por mucho que se expliquen los diferentes temas en los que estamos inmersos, hay un montón de ignorantes que están a la cabeza muy destacados y tenemos la mala suerte de que son una gran parte de los que nos dirigen.

Parece impensable poder imaginarse que los máximos responsables de educación defiendan a capa y espada que los estudiantes puedan pasar con varias asignaturas suspensas al curso siguiente o que mediante filosofía barata y cutre se les haga cada año una evaluación incomprensible para aprobarles todas las asignaturas, esta nueva forma de entender la formación cultural de cada estudiante está basada en: “el análisis filosofal del contexto globalizado del estudiante” es decir: HUMO, de esa forma se les proporciona el aprobado de todas las asignaturas y se va formando una estructura profesional de ignorantes sublimes cuyo puesto de trabajo futuro podrán encontrarlo en el baúl de los milagros. Los dirigentes que desarrollan estos planes de estudio no piensan ni en el presente ni en el futuro de España y por supuesto tampoco en los que son ahora párvulos o están un poco más avanzados en primaria o secundaria; está meridianamente claro, así nos va y así les irá.

Es imprescindible el esfuerzo y el sacrificio de los estudiantes para que su formación sea buena o muy buena, por supuesto que los que no realizan esas dos condiciones se quedan atrás y el futuro que tendrán no será muy halagüeño, generalmente estos últimos son los que al pasar los años se quejan de injusticias y de falta de oportunidades, exigiendo la igualdad que ellos mismos han desaprovechado cuando la han tenido, ahora van a tener mucho más fácil aprobar y mucho más difícil trabajar, porque los falsos aprobados pasarán factura. Los dirigentes cuando están haciendo esas propuestas nos hacen pensar que dentro de unos años lo que quieren es que los españoles sean poco más que un rebaño de borregos que digan sí a todo lo que les cuenten, es imposible que con ese tipo de formación que quieren implantar, los estudiantes de ahora puedan tener buenas perspectivas de incorporarse al mercado laboral nacional en el futuro y muchísimo menos al internacional, pero sí es muy factible que ocurra al revés, es decir, que la juventud formada fuera de España ocupe los puestos medios y altos de nuestro mercado nacional en la empresa privada. Será entonces cuando todos los estudiantes que hayan acabado esos “estudios españoles” en los que se lo han pasado fenomenal, porque estudiando o no el aprobado está garantizado; empiecen a quejarse de lo de siempre, por ejemplo: “no encuentro trabajo” “he estudiado un montón de años y me sirve de muy poco” “los jefes son extranjeros”, a ninguno de los dirigentes de educación y a ninguno de los estudiantes les oiremos decir: “tienen poca preparación” “los buenos puestos los ocupan personas mucho mejor formadas” etc., etc., y además como consecuencia de todo este entramado político-estudiantil comienzan a ser una lacra social porque como los resultados son malos se incorporan a sectores sociales poco instructivos y menos productivos.

Es evidente que llegará un momento en el que habrá que pedir responsabilidades a los que quieren hacer de la educación un pasatiempo divertido, lógicamente todos los que están fabricando el desastre cultural ya no estarán en los puestos actuales, como siempre ocurre se lavarán las manos y echarán la culpa a otros. Pero debe quedar muy claro que el desastre lo están fabricando ahora los que pretenden impulsar esa nueva forma de aprobar, aquellos que viven de manera lujosa con el dinero que les proporcionan los que sí han hecho los deberes con esfuerzo y sacrificio, independientemente de la inteligencia de cada uno.
Aunque los máximos responsables de la educación son los que la imponen y dirigen, no hay que eximir de la parte de responsabilidad que les corresponde a los padres y profesores; por un lado es muy cómodo para los padres que sus hijos hagan lo que hagan vayan a tener el aprobado seguro: mejoran las relaciones familiares, no hay discusiones, no hace falta control porque el aprobado es seguro, etc., ahora bien si los padres quieren que sus hijos tengan una buena formación al finalizar los estudios, deberían decir algo ahora para no quejarse en el futuro de la situación laboral que tenga su hijo echando la culpa a los demás y por otro lado los profesores que son los responsables de la formación y evaluación de los alumnos deberían alzar la voz porque sus conocimientos puestos al servicio de los estudiantes tienen un valor muy importante que no se reconocen con aprobados a troche y moche. Veremos si dicen algo al respecto, por supuesto algo contundente e importante, como si estuvieran haciendo huelga para pedir aumento de sueldo.

Con la situación que se plantea en la educación, otro gran problema es la diferencia de preparación que van a tener los estudiantes de la enseñanza pública y los de la enseñanza privada, siempre ha existido pero con estas perspectivas todavía va a ser mucho más acusada, es evidente que las exigencias van a ser mucho más fuertes en un tipo de enseñanza que en otra y lógicamente los resultados también y el logro de puestos de trabajo también.

Por lo tanto hay tres tipos de responsabilidades:
. Las de los dirigentes
. Las de los profesores
. Las de los padres

Todos ellos en su conjunto tienen una enorme obligación enfrente y es que en el futuro los jóvenes estudiantes actuales estén bien formados y por lo tanto puedan ocupar puestos que faciliten e impulsen el desarrollo económico y social de España, si no son capaces de cumplir con sus responsabilidades más adelante tendremos otra pandemia muy grave, en este caso española, será la de la:
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