El Banco Central Europeo ha lanzado un importante mensaje de alerta relacionado con el retiro, antes de tiempo, de las ayudas que han otorgado los gobiernos para paliar los efectos que la crisis sanitaria ha traído sobre la economía de Europa.
Según un informe publicado por la institución financiera, en caso de eliminarse de un solo plumazo y de manera intempestiva los programas diseñados por las autoridades monetarias de los países para evitar una mayor fractura de la economía, podría sucederse una importante sucesión de quiebras empresariales, lo que se traduciría en un potencial riesgo para la estabilidad del sistema bancario de la eurozona.
El artículo que sobre estabilidad financiera suscribió el BCE destaca un incremento sorprendente de las vulnerabilidades corporativas, como consecuencia de la pandemia, situación que alcanzó niveles preocupantes y que fueron “observados por última vez en el pico de la crisis de la deuda soberana de la zona del euro”.
No obstante el alza, las cifras se mantienen por debajo de los registros que datan de la crisis financiera mundial de 2008, y los resultados obedecen en gran parte a la importante disminución sufrida en las ventas, un índice menor de rentabilidad real y esperada; así como un aumento del apalancamiento y el endeudamiento.
Para continuar, el documento del BCE destaca que las medidas implementadas como plan de respuesta a la crisis provocada por la pandemia, las cuales están siendo orientadas en el área fiscal, monetaria y prudencial, han hecho posible el fortalecimiento de las empresas de la eurozona.
Gracias a esos paliativos, las compañías beneficiarias han bajado su índice de vulnerabilidad y podrán seguir honrando sus compromisos financieros, siempre y cuando el costo del crédito siga manteniéndose en niveles relativamente bajos, en aras de incentivar la recuperación de la actividad económica y los flujos de caja.
En razón de lo antes expuesto, el banco recomienda no cortar de manera abrupta las medidas y los recursos asignados a las empresas, ya que ello podría traducirse en un aumento de los riesgos de financiación y refinanciación, muy por encima de los índices observados en 2008.
Hasta el momento, el conjunto de disposiciones aprobadas y que están siendo aplicadas han ayudado a frenar la iliquidez a través de la adjudicación de avales y créditos públicos, así como de la revisión constante de los niveles de morosidad. Si se endurecen las condiciones de los créditos bancarios o si se levantan demasiado pronto las medidas, muchas empresas podrían declararse en quiebra, resaltó el informe. La advertencia queda sobre la mesa.
