Mofa con elegancia.
Alfonso Ussía es un maestro en este difícil arte de cachondearse de una persona, pero hacerlo al mismo tiempo con estilo, sin perder las formas.
Comienza Ussía fuerte hablando de cómo la hija de Jorge Verstrynge y otras políticas moradas han conseguido situarse en lo alto de la política:
Luis Ventoso nos recuerda que la flamante Secretaria de Estado de Agenda 2030, Lillith Verstrynge, habla cuatro idiomas, y que Ortega y Gasset dijo de Salvador de Madariaga que dominaba cinco lenguas, que era un tonto en cinco idiomas. Lillith Verstrynge es una chica con un encanto especial, con esa gracia belga que Dios le ha dado.
Comparte el dominio de las lenguas con distinguidas compañeras de viaje, como Tania, Dina e Irene, porque los idiomas, los dialectos, las jergas y las lenguas en general, abren en Podemos muchísimas puertas , giratorias y estancadas. La de Lillith, enemiga del esfuerzo y los méritos personales, le suponen 125.000 euros al año, sin contar con los privilegios gratuítos que gozan los secretarios de Estado.

Se ríe de la poca gracia y salero de la política populista:
A la Agenda 2030 le viene de perlas una secretaria de Estado con ímpetu, gracia natural y no fingida, de sangre caliente y cabello de antorcha olímpica. Lo malo es que esa agenda hay que llenarla, y la nueva Secretaria de Estado no es partidaria del trabajo. Considera que la meritocracia es una estupidez, como la remodelación del Bernabéu.
Sin embargo, insiste, le salva de no entrar en las listas del paro ser una miembro caviar del clan de amiguitas:
Pero es de la pandi. La pandi de la Belarra, la Montero, la Serra, la Dina, y adversaria de la Yoli, la que suma. Todas ellas, están ahí por la influencia de un hombre al que han amado y servido – políticamente, me refiero-, con delicia y sumisión. Un hombre que ya no es nada en su partido y en el Gobierno, pero que tiene algo –imposible negarlo-, con sus chicas, a las que no abandona.
Me gustan los jefes de las pandis que no olvidan los servicios prestados. Errejón es menos leal, Monedero está en sus cosas, y de Echenique últimamente no me fío. Pero Pablo cumple, aunque le haya perdido el exceso de verborrea, lo que mi bisabuela llamaba «tener la lengua muy larga».
Y remacha recalcando, con mucha ironía, la ‘energía’ que desprende Lilith Verstrynge:
Nuestra nueva Secretaria de Estado puede ser o no, una tonta en cuatro idiomas. De lo que estoy seguro es que se trata de una pija en cuatro idiomas, y una indolente en cuatro lenguas. Eso sí, con una gracia torrencial, caudalosa, y unas salidas y ocurrencias belgas tronchantes. ¿Qué más se puede pedir?

