DEAURORA BOREAL A RÍO REVUELTO

DEAURORA BOREAL A RÍO REVUELTO

 

 

I

 

El Iglesias, raíz y flor

De cualquier causa perdida

Y de la Casta Jodida,

Hecho Casto Jodedor

Vive siendo de por vida;

Con lo cual se da a por

Alcanzar el alto honor

-caña de esparto que trenza

la cuerda- de un sinvergüenza

El ser de marca mayor;

 

Más caradura que él

En Política no hay:

Es la guinda del pastel

De la falsedad más guay;

De un piso en Vallecas,

Que le causaba jaquecas,

A un casoplón en la sierra,

Do con su clueca se aferra,

Sin dejar de hacer muecas;

 

Y para colmo ahora,

Aupando a su padrino,

Una de magro con vino,

Pues le ha dicho sin demora,

Que anda por buen camino,

Pactando con el Rufián

Y los demás de su clan,

Para él ser Presidente

De España, y de su gente,

Torra el Prócer Catalán

 

Del Proçés… Mira por donde,

Que hoy día corresponde

Al ya antiguo de Conde,

Y el de Honorable no esconde

Para que hasta Dios lo ronde.

 

II

 

A río revuelto, ganancia de pescadores,

Pero, como repartirse éstos la ganancia

No se ponen de acuerdo, retumban tambores

De guerra, con tanto estruendo y resonancia,

Como, cerca la muerte, se oyen sus estertores;

Viene a cuento porque el hacer en tiempo revuelto

Política, es a perder el tiempo estar resuelto;

 

Repartirse la ganancia, que en este caso

Es hacerse con el Poder, tiene malas pulgas;

El hacer del mismo un buen reparto es tan escaso

Como, hablándole de tú al Sánchez: “tu promulgas,

Le decimos, que eres la aurora, y el ocaso

Los demás”, y Roma locuta, causa finita:

¡Ea, el tren de Arganda, que ni anda ni pita!;

 

Dicho en román paladino: tal como estamos

En río revuelto, de seguir otros cuatro tramos

Más en el Poder el Sánchez, … ¡arreglados vamos!

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Autor

Salvador Monzó Romero

Salvador Monzó Romero cuenta la feria según le ha ido y según le va, siempre ante la pantalla de la Televisión, reivindicando desde su sillón-bol, un tanto escorado a la derecha, su derecho a la crítica mordaz y ácida, pero con carácter moralizante.

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