Por encima de los hechos,
El Ministro de Justicia,
Con su caduca pericia,
Ara y siembra en barbechos
Por si crece la codicia
De tener él la razón:
Ministro sin parangón,
Que tan cree en su criterio,
Que entierra en su cementerio
La prueba del algodón;
Convencernos que el indulto
Que persigue del Proçés,
No es para ponerle pies
A los córpore insepulto
Presupuestos, causa estrés;
Con tal de vivir de gorra,
Sea lobo, sea zorra,
Su Gobierno es capaz,
Siendo ateo, de la paz
De Dios dársela al Torra;
Del Ministro Campo, suyos
Los hacen, como piojos
En perro flaco, los Rojos
De Unidas Podemos, cuyos
Más que fallidos antojos,
Son hacerse con las riendas
Del Gobierno, a sabiendas,
Siempre con la misma música,
De convertir en República
El Reino de España los mendas;
Con la mosca tras la oreja
No anda, pues su pareja
De baile no ha la vieja
Querencia de que en bandeja
Le sirvan de quien le deja,
Con más cuentos que Calleja,
En la Moncloa sin reja,
La cabeza … ¡a toca teja!.