El nombre nos ha extrañado a muchos… A mí, por lo menos, un poco. Luego, no tanto. León XIII fue el primer Papa que trató el tema del papel social de la Iglesia, con su famosa Encíclica: Rerum Novarum. Igual ha sido por esto que ha elegido este nombre. No entraba dentro de los papables… aunque ahora muchos digan que lo veían venir. Se cumple el axioma de que quien entra de Papa, sale cardenal…
Su nombramiento me retrotrae a mi infancia. A la muerte de Pablo VI y las lágrimas de mis primos y yo… A la muerte de Juan Pablo I y la elección de Juan Pablo II. A mi visita en persona a Benedicto XVI. A la elección que viví in situ de Francisco.
Este es un momento histórico que es visto por todos, creyentes, ateos, agnósticos… El Papa siempre tiene algo que decir. Y éste lo ha dicho, León XIV, y muy claro y muy bien.
Después del nombramiento he tenido que escuchar a muchos “analistas” decir un poco de todo. Me impresiona, y mucho, que gente que no conoce el funcionamiento de la Iglesia se atreva, no sólo a opinar, sino a declarar “ex cathedra” ciertos hechos. La ignorancia es supina.
El nuevo Papa sale con los ornamentos pontificales, desechados muchas veces por el añorado Francisco, la muceta y el estolón de Pedro y Pablo. Todo un signo de continuar con la misión de Pedro. No es continuista, ni reformista… ni… Es el sucesor de la misión de san Pedro. Que no es poco.
León XIV habla de Paz. La paz del Señor sea con vosotros. Construyamos la paz. En este momento histórico de guerra, en tantos lugares del mundo, sus primeras palabras las dedica a la paz. Todo un símbolo y un discurso precioso para una humanidad tan necesitada de ella.
El Sumo Pontífice es estadounidense. Como Donald Trump, pero no tanto. Natural de Chicago pero con raíces francesas e italianas y también españolas. Eso sí nacido en EE.UU. la patria de tantos y tantos inmigrantes: pasados y presentes. En un mundo globalizado un Papa con una rica herencia de tantos lugares.
El obispo de Roma fue superior general de los Agustinos (O.S.A.). Es un religioso de una de las denominadas Órdenes mendicantes. Ha vivido en fraternidad con muchos hermanos que portan el mismo hábito negro, desde ahora lo llevara de un blanco inmaculado. Sabe lo que es gobernar, sus dos sexenios acreditan lo que afirmo. Una orden religiosa como la de los agustinos tiene más miembros que cualquier diócesis del mundo.
Ha sido obispo en Chiclayo (Perú) casi diez años. Un gringo en un país latinoamericano. Ha sido sintomático y bello escuchar al Papa de Roma hablar en español, se lo debía a los que fueran sus diocesanos del Perú. No ha hablado en inglés, sí en italiano (con fuerte acento español y gringo) y unas palabras en español. Es misionero. Sabe lo que es una Iglesia en salida. Nos ha dicho que Dios nos quiere a todos, creyentes y no creyentes. Dios es amor. El escudo de los Agustinos es un corazón. El corazón de Dios que palpita en esta humanidad llena de dolor y destrucción. Dios nos quiere a todos y quiere que nos amemos. Dios quiere la paz.
El Papa Francisco lo eligió en 2023, hace tan poco, como Prefecto de la Congregación de Obispos y Presidente de la Comisión para América Latina. Francisco poco antes de morir le dio estos servicios tan importantes… Y ahora, inesperadamente, los cardenales, ayudados por el Espíritu Santo, lo han elegido obispo de Roma. Con vosotros cristiano, para vosotros obispo, frase de san Agustín de Hipona. Axioma que el nuevo Papa ha hecho suyo. Solo nos queda terminar con estas bellas y gringas palabras: Dios bendiga a León XIV.