Bokabulario

Muchedumbres con Dios… y sin Dios

Nicolás Gómez Dávila, de quien soy admirador, también nos puede servir para la JMJ.

«Una muchedumbre sólo deja de repugnar cuando un motivo religioso la reúne» (Nicolás Gómez Dávila).

Reconozco que me dan miedo las multitudes. Estuve una sola vez en San Mamés y no quiero regresar a ningún estadio de fútbol. Pienso que entre tanta gente, por simple cálculo de probabilidades, debe haber malvados y canallas. Y también pienso que basta cualquier cosa, como un grito, un ruido o un dedo, para que que la multitud se convierta en una fiera en busca de una víctima a la que despedazar.

¿Cuántos de los que aclamaron a Jesucristo en su entrada en Jerusalén pidieron luego que se le crucificase? Y perdonad la analogía, pero ¿cuántos de los que han votado a ZParo piden ahora su cabeza?

Con las calles de mi barrio rebosantes de jóvenes de todos los países, ante su comportamiento educado, comprendo la verdad del aforismo del gran Nicolás Gómez Dávila que encabeza este post:

Una muchedumbre sólo deja de repugnar cuando un motivo religioso la reúne.

Comparemos a esos jóvenes con los que hemos visto robar y apalear en Londres o insultar, escupir y mentir en Madrid. Los de la JMJ tratan de poner a Dios en el centro de sus vidas; los otros, se ponen a sí mismos, sus instintos y sus odios.

Yo no atravesaría tan tranquilo grupos de vándalos de Londres y concienciados del 15-M, como he atravesado grupos de peregrinos.

MÁS AFORISMOS DE GÓMEZ DÁVILA

Los dos primeros, dedicados a los anticatólicos que se llaman ateos. (A un verdadero ateo toda religión le tiene que dar absolutamente igual.)

«El ateo nunca le perdona a Dios su inexistencia.»

«El ateo se consagra menos a verificar la inexistencia de Dios que prohibirle que exista.»

«La muerte de Dios es noticia dada por el diablo que sabe sumamente bien que la noticia es falsa.»

«Sólo la religión puede ser popular, sin ser vulgar.»

«La fe no resuelve nuestras dudas, las consume.»

«Abundan los que se creen enemigos de Dios y sólo alcanzan a serlo del sacristán.»

«Para calcular la importancia del cristianismo no cuenta la originalidad de la doctrina, sino la divinidad de Cristo.»

«El cristianismo no inventó la noción de pecado sino la de perdón.»

«Más que el castigo hereditario, lo que indigna al moderno en el dogma del pecado original es la culpabilidad hereditaria.
Ser moderno es declararse enfáticamente inocente y negarse a ser perdonado.»

«El cristianismo nunca enseñó que la historia tuviera finalidad, sino fin»

«La historia para el cristiano no tiene rumbo, sino centro.»

LA CRUZ Y LA ESCOBA

Por el blog de Aquilino Duque, conozco esta columna de García-Máiquez:

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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