Es el, hombre, un animal,
dicen, los que de esto entienden,
que está dado a tropezar
en misma piedra, dos veces.
Sabio proverbio, eso es cierto;
se cumple… pero no siempre.
Digo yo, se quedan cortos,
quienes tal cifra defienden;
en lo de animal, van bien,
los hechos no lo desmienten;
pero suponer que muchos
a la segunda, despierten,
es exceso de optimismo,
más que ingenuo, me parece;
hay demasiados ejemplos
que, el tal proverbio, pervierten;
con uno basta, supongo,
para mandarlo al garete.
Hace casi medio siglo,
desde que Franco fallece,
nos convocan a las urnas
para elegir Presidente;
en principio, es buena cosa,
no seré yo quién lo niegue;
pero algo en la cosa falla
porque, si no, no se entiende.
Vamos a pasar revista;
hasta ahora llevamos siete;
allá van, uno por uno:
Suárez, primero en la frente;
Leopoldo que fue detrás,
podría llamarse “el breve”;
siguió Felipe González,
Guerra, su lugarteniente;
después, Aznar, Zapatero,
Rajoy, que fuera el siguiente,
y por hoy, cierra la lista
Sánchez; y hay un pretendiente
Feijó, por el Pepé,
aspirante a sucederle.
Bastará con comparar
pasado, con el presente,
para más claro que el agua
eso de “dos veces”, quede,
en ridículo sublime,
un disparate evidente.
España entró en democracia
en un lugar preferente:
octavo país del mundo,
pujanza industrial creciente;
hoy somos el dieciséis,
camino del diecisiete;
El paro y también la deuda,
que eran casi inexistentes
están alcanzado cifras
que negra quiebra prometen;
Era entonces, la vivienda,
una propiedad corriente;
casi nadie, un alquiler,
hoy, permitírselo puede;
y den gracias si mañana
no tengan que ir bajo un puente.
Antes, los impuestos eran
llevaderos por lo leves;
hoy pagamos gasto inútil
trabajando ¡cinco meses!
Más o menos la mitad
de nuestros sueldos, se pierde
en probada incompetencia,
si no en corrupción patente.
En fin, para qué seguir,
con lo dicho es suficiente.
Elección tras Elección,
España, más se empobrece;
Libertades y derechos,
hoy, casi desaparecen;
los Planes de Educación
se deterioran adrede
a fabricar ignorantes
y mentecatos, en serie.
Y aún me dejo en el tintero
más destrozos indecentes.
¡Pues se les sigue votando!
¿En qué pensará la gente?
Yo cuento los tropezones
y me salen más de veinte
si Autonómicas contamos
que, también, su trampa tienen.
Eso de rectificar
primera vez se tropiece
no parece ir con nosotros.
Lo de “España es diferente”,
ya no sirve como eslogan
pues la epidemia, creciente,
hoy se ha cebado también
en Europa, un Continente
que, cuánto más lo machacan,
menos, aún, se defiende;
y, aún peor, atropella,
a los pocos que disienten.
Hay muchos proverbios sabios;
no se encuentra, entre ellos, éste.
