Ahora se entiende muy bien
gubernamental empeño
da igual Pesoe o Pepé
ambos igual de perversos
de fabricar a destajo
montañas de analfabetos.
Antaño, Planes de Estudio
no diré yo que perfectos
pero sí iban dirigidos
a los jóvenes hacernos
más cultos, más razonables,
más responsables y honestos
que no sólo se trataba
de buen nivel académico
pues la Escuela ha de formar
desde primeros momentos
no sólo en Ciencias y Letras
sino en muy otros aspectos
pues el saber vale poco
si se pierde lo más bello
que puede lograr el hombre,
su humanidad al completo.
De ese modo se buscaba
cuando ya mayores fuéramos
impulsar a la Nación
por la senda del Progreso.
Ahora vamos cuesta abajo
y, lo que es peor, sin frenos;
son varias generaciones
sometidas al tormento
de reducir a diario
sus muy jóvenes cerebros
hundirlos en la ignorancia
privar del razonamiento;
mal nos pese, hay que aceptar
lo mucho que consiguieron.
A tal horror colaboran
unos corrompidos Medios
que les ofrecen basura
en cuanto a entretenimiento
y más mierda todavía
con el equívoco aspecto
de cultura “progresista”
o sea, todo un engendro
se mire como se mire
nunca hay por dónde cogerlo.
La verdad ya no es verdad
sino algo más bien etéreo
pues que debe depender
de lo que en cada momento
les convenga a los que mandan,
hoy blanco, mañana negro.
El ser hombre o ser mujer
por poner un sucio ejemplo
no depende, como antes,
de cómo al mundo vinieron
que eso ya no hay quién lo cambie
guste más o guste menos;
Ahora, en cuanto a cualquiera
le dé por cambiar de sexo
lo antinatural se logra
tras manifestar deseo.
La realidad, a esta gente,
ya lo ven, le trae al fresco;
al vivir en el engaño
y al engaño estar sujetos
les importa tres pepinos
lo que es, o lo que no es, cierto.
Como a no pocos millones
han privado de anticuerpos
que les hagan distinguir
falso de lo verdadero,
ahí los tienen, entregados
pobrecillos, sin saberlo
a una mafia que les hizo
de su atraco prisioneros.
Y, claro, tragan y tragan
cada vez más indefensos.
Se entiende perfectamente,
ese sí es crimen perfecto,
pues pretenden acabar
y bien lo están consiguiendo
con lo mejor de una especie
que se distingue de resto
por la hermosa facultad
cual es el razonamiento.
Gracias a él hemos llegado
de un estar casi en el cero
allá por la Edad de Piedra
al nivel que ahora tenemos.
Quién pueda sabrá entender
su buscar el retroceso
en la más noble costumbre:
que a diario utilicemos
la razón, mal enemigo
para sus turbios manejos.
¿Los que ya han sido capados
podrían tener remedio?
Es evidente que sí
por tanto, en ese terreno
debemos centrar la lucha
o perdidos estaremos.
Hay que volver a ser hombres.
¡Ya no más, mansos corderos!
