NOS TOMAN POR IMBÉCILES

Romance del crimen perfecto

Luis XIII.. y medio

Romance del crimen perfecto

Ahora se entiende muy bien

gubernamental empeño

da igual Pesoe o Pepé

ambos igual de perversos

de fabricar a destajo

montañas de analfabetos.

Antaño, Planes de Estudio

no diré yo que perfectos

pero sí iban dirigidos

a los jóvenes hacernos

más cultos, más razonables,

más responsables y honestos

que no sólo se trataba

de buen nivel académico

pues la Escuela ha de formar

desde primeros momentos

no sólo en Ciencias y Letras

sino en muy otros aspectos

pues el saber vale poco

si se pierde lo más bello

que puede lograr el hombre,

su humanidad al completo.

De ese modo se buscaba

cuando ya mayores fuéramos

impulsar a la Nación

por la senda del Progreso.

Ahora vamos cuesta abajo

y, lo que es peor, sin frenos;

son varias generaciones

sometidas al tormento

de reducir a diario

sus muy jóvenes cerebros

hundirlos en la ignorancia

privar del razonamiento;

mal nos pese, hay que aceptar

lo mucho que consiguieron.

A tal horror colaboran

unos corrompidos Medios

que les ofrecen basura

en cuanto a entretenimiento

y más mierda todavía

con el equívoco aspecto

de cultura “progresista”

o sea, todo un engendro

se mire como se mire

nunca hay por dónde cogerlo.

La verdad ya no es verdad

sino algo más bien etéreo

pues que debe depender

de lo que en cada momento

les convenga a los que mandan,

hoy blanco, mañana negro.

El ser hombre o ser mujer

por poner un sucio ejemplo

no depende, como antes,

de cómo al mundo vinieron

que eso ya no hay quién lo cambie

guste más o guste menos;

Ahora, en cuanto a cualquiera

le dé por cambiar de sexo

lo antinatural se logra

tras manifestar deseo.

La realidad, a esta gente,

ya lo ven, le trae al fresco;

al vivir en el engaño

y al engaño estar sujetos

les importa tres pepinos

lo que es, o lo que no es, cierto.

Como a no pocos millones

han privado de anticuerpos

que les hagan distinguir

falso de lo verdadero,

ahí los tienen, entregados

pobrecillos, sin saberlo

a una mafia que les hizo

de su atraco prisioneros.

Y, claro, tragan y tragan

cada vez más indefensos.

Se entiende perfectamente,

ese sí es crimen perfecto,

pues pretenden acabar

y bien lo están consiguiendo

con lo mejor de una especie

que se distingue de resto

por la hermosa facultad

cual es el razonamiento.

Gracias a él hemos llegado

de un estar casi en el cero

allá por la Edad de Piedra

al nivel que ahora tenemos.

Quién pueda sabrá entender

su buscar el retroceso

en la más noble costumbre:

que a diario utilicemos

la razón, mal enemigo

para sus turbios manejos.

¿Los que ya han sido capados

podrían tener remedio?

Es evidente que sí

por tanto, en ese terreno

debemos centrar la lucha

o perdidos estaremos.

Hay que volver a ser hombres.

¡Ya no más, mansos corderos!

 

Luis XIII.. y medio

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