Premio de Cultura 2025 de la Comunidad de Madrid, en categoría de Literatura

Alfonso Ussía, columnista de la libertad

Entregado en su casa santanderina de Ruiloba por la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso

Alfonso Ussía
Alfonso Ussía. PD

En su casa de Ruiloba (Cantabria, de soltera Santander, que seguiría diciendo el premio Nobel de Literatura Camilo José Cela y Trulock), la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha entregado el Premio de Cultura 2025 de la Comunidad de Madrid, en su categoría de Literatura, al escritor y columnista Alfonso Ussía Muñoz-Seca.

Ruiloba es lugar de descanso de otros periodistas ilustres originarios de Santander, esa tierra desgajada de Castilla la Vieja, junto con Logroño, cuando se crearon las Comunidades Autónomas y se privó del acceso directo al mar a ese territorio histórico, para constituir las Comunidades de Cantabria (11 enero 1982) y La Rioja (9 junio 1982). Ante tanto desmembramiento y disputas entre políticos de la Transición, el leonés Rodolfo Martín Villa propuso y consiguió, no sin esfuerzo y problemas que subsisten, que las tres provincias del viejo Reino de León: León, Zamora y Salamanca, formasen parte de la Comunidad de Castilla, denominándose Comunidad de Castilla Y León (2 marzo 1983) “porque -decía- tanto monta, monta tanto”.

Pero volvamos a Ruiloba, lugar de descanso de reputados santanderinos como la periodista María Jubilia Fernández Bustamante, más conocida como Juby Bustamante (q.e.p.d., Santander 11 sep.1938- Madrid 10 jul 2014), esposa de otro peso pesado del viejo oficio menestral, Miguel Ángel Aguilar Tremoya y de la Seapefcafdm, que conserva y frecuenta su casa montañesa en esa localidad habitada desde el Paleolítico Superior y perteneciente al partido judicial de San Vicente de la Barquera.

En una ceremonia sencilla, con Ussía rodeado de familiares y amigos (“que son los familiares elegidos”), Díaz Ayuso explicó que “se le otorga el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en Literatura, pero que podría ser en otras categorías, “por la magnitud de su carrera”. Y afirmó que se lo daba “en nombre de todos los madrileños, y aunque alguno no quiera, tengo toda la legitimidad para dárselo”. Ussía, emocionado, quiso agradecerle a la presidenta no sólo el hecho de otorgarle una medalla que “tanta ilusión me hace”, sino “que haya tenido la generosidad y el detalle de acercarse a mi casa en Cantabria e interrumpir una agenda que no es solo importante para Madrid sino para cualquier rincón de España”, porque Ayuso “representa la valentía, el compromiso y la fortaleza de una persona honesta que piensa en un país mejor para todos”. Ussía terminó sus palabras con un “¡Viva España!” y un reconocimiento por “venir hasta mi casa la próxima presidenta de España”.

Recuerdo siempre y releo con frecuencia el precioso artículo que mi admirado y querido Alfonso Ussía, columnista de la libertad, dedicó en ABC (24-10-2000) a mi querido hermano Ramón, Moncho, tras su muerte (q.e.p.d.) y entierro en Molledo (Santander) en octubre del 2000, titulado “Sienas para Moncho”: “Su roble no tendrá renuevo, pero sus robles vivirán durante siglos. El hombre es un árbol que se cansa”.

Y que además decía:

“Tenía Ramón del Corral y Díez del Corral –Moncho para sus amigos- una estructura compacta, una familia unida, un apellido ilustre del periodismo, una fuerza arrebatada para luchar contra el cáncer, una bondad infinita, un señorío de hidalgo montañés y un valle. Tenía un valle en el alma, allá en Molledo, en la montaña que se deja dividir por el Besaya. Tenía en su corazón la obsesión de los hombres buenos…Este último verano, por última vez coincidimos en el último abrazo. Se dejó caer por Mazcuerras, a presenciar un partido de bolos. En un equipo, el mío, participaba su médico. La bolera de Mazcuerras se ubica entre la casa de Concha Espina y el vivero de Manolo Escalante…Mediada la partida, con el cansancio de la melancolía, Moncho se volvió a Molledo. No todos los árboles son iguales. Se sabía herido de muerte y necesitaba sentirse rodeado de los suyos. Sus robles, sus castaños, sus hayas le reclamaban. Después del último abrazo, su último saludo con la mano, su mirada última, vencida y sonriente…”

“… Ramón del Corral, hijo de Enrique (del Corral Vázquez), hermano de Jorge, linaje de grandes periodistas. Le aburrió este mundillo y se alejó de sus querellas y asperezas. Amó a la vida y a la libertad por encima de todo…Hoy mi alma está en Molledo. Se han humillado los verdes del verano y nacen las melancolías del otoño. De golpe sus hayas se han teñido de siena. El “tardíu” se ha posado sobre el valle de un montañés que no hizo en la vida otra cosa que amar a los hombres y a los árboles. Se llamará siempre Ramón del Corral”.

Gracias, Alfonso.

Y sí, entre hayas, castaños y robles; entre prados, descansa Moncho junto a sus padres, María del Rosario Díez del Corral Zarandona y Enrique, y abuelos maternos, Elena Zarandona Silió y Ramón Díez del Corral y Cerón, y relee los versos que escribió nuestro abuelo Ramón:

“Verde la Montaña Verde. Verde el ribazo y el agua.

Los Castaños verde oscuro, los Prados verde esmeralda.

………………………

Verdes se han vuelto mis ojos de contemplarte, ¡Montaña!”

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Autor

Jorge del Corral y Díez del Corral

Hijo, hermano y padre de periodistas, estudió periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. Ha trabajado en cabeceras destacadas como ABC y Ya. Fue uno de los fundadores de Antena 3 TV. Miembro fundador de la Asociación de Periodistas Europeos (APE) y del Grupo Crónica, creador de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV) y fundador de la Unión de Televisiones Comerciales (UTECA). Un histórico de la agencia EFE, donde fue subdirector y corresponsal en Roma.

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