SE ABRIÓ LA VEDA

La supuesta hija ilegítima de Don Juan Carlos le advirtió por carta

Mucho se ha hablado de la vida amorosa del Rey emérito al margen del matrimonio, pero la decisión del Supremo ha abierto las puertas y ventanas a los aspectos más íntimos de su vida privada

La supuesta hija ilegítima de Don Juan Carlos le advirtió por carta
El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía. CR

El nombre de Ingrid Sartiau se convirtió este miércoles en uno de los más repetidos y buscados en todos los puntos del país. La ciudadana belga se aupó al estrellato mediático después de que el Tribunal Supremo admitiera a trámite su demanda de paternidad en la que asegura que es la hija ilegítima que Don Juan Carlos I tuvo durante su matrimonio con Doña Sofía. Concretamente un año después de nacer la Infanta Cristina (49) y dos antes de Don Felipe (46) nació Ingrid, que actualmente tiene 48 años. Vamos, que vino al mundo en 1966, cuatro años después de que el Rey emérito se hubiera casado con la princesa griega.

Según contó la propia Ingrid, su madre, Liliane Sartiau conoció a Don Juan Carlos en 1956, en Francia, y años después se reencontraron en una feria de Luxemburgo e intimaron. Hasta 2002 no se enteró de quién era su padre (se lo contó su madre viendo unas imágenes del Rey de España en una cadena belga) y hasta 2011 no comenzó una lucha que, según declaró su abogado en 2014 no tiene un fin económico: «No busca entrar en la línea de sucesión. Tampoco necesita dinero. Lo único que quiere es encontrar a su padre».

Antes de eso, lo había intentado por carta. En una misiva enviada a la Casa Real en abril de 2013 aseguraba tener «serias pruebas» de que Don Juan Carlos es su padre y negaba ser hermana del español que dice ser el primogénito Albert Solá.

En la misiva, enviada por el despacho de abogados de Jaume Parerols en nombre de Sartiau, pone en conocimiento de la Casa Real su desvinculación completa con Solá y niega cualquier relación de parentesco con él ya que la prueba genética efectuada refleja que no son hermanos, tal como reveló El Semanal Digital.

«Sartiau lamenta haber acudido a la vía judicial para solventar su filiación paterna y se vio presionada por Solá y por los medios», expone la ciudadana belga, que explica que un primer análisis arrojó un 91% de posibilidades de que fueran hermanos pero un segundo estudio concluyó que los marcadores genéticos «no eran coincidentes».

Con todo, concluye que Ingrid Sartiau sigue contando con asistencia letrada al existir «serias pruebas (que no concreta) que indican que su padre es S.M. Don Juan Carlos». «Esperemos que de la recepción a la presente, contesten lo antes posible sobre la filiación paterna solicitada», finaliza.

Ahora el ex jefe de Estado tiene un plazo de 20 días hábiles tras la recepción del auto de admisión para contestar a la demanda de paternidad que ha sido admitida por el Pleno de la Sala de lo Civil del Supremo. La negativa a someterse a la prueba de ADN solicitada podrá ser valorada junto al resto de indicios conforme a la doctrina jurisprudencial.

En caso de que don Juan Carlos no alcance un acuerdo con Sartiau, la ley prevé la celebración de una vista en la que el Rey podrá ausentarse y que esté presente solo su representación legal, salvo que la ciudadana belga solicite su interrogatorio y sea admitido por la Sala de lo Civil.

Esta materia viene regulada en el artículo 752 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y su artículo 138.2, que permite que la vista sea a puerta cerrada para proteger la vida privada de las partes. En la práctica habitual, los juzgados de familia deciden que las vistas no sean públicas.

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