Lo de Alfonso Ussía

Le pregunté a un amigo: ¿Has leído el artículo de Alfonso Ussía? No, no leo a Alfonso Ussía, porque sé de qué pie cojea.

Si fuera así, yo no tendría que leer a nadie, porque sé de qué pie cojean todos. A algunos, como es el caso de Papell no los puedo leer, pero no porque cojeen a base de bien, sino por lo pesados, y a otros, como Juliana, por lo indigestos. Suelo leer a quienes ofrecen algo que no sea propaganda o doctrina, sino que tenga algo apreciable: un modo de escribir elegante, algún ángulo del asunto difícil de ver, etcétera. A mi amigo, aunque sé de qué pie cojea, lo leo siempre.

Soy de la opinión de que todo lo que nos ocurre en la vida tiende a modificarnos. Contra lo malo, nos rebelamos; lo bueno pensamos que es merecido. Lo bueno es más peligroso que lo malo. Para mí, pues, ha sido más fácil conservar la independencia que para otros, a los que no paran de sucederles cosas buenas. La amistad de Tip, que fue un señor condenado por los dioses a ser gracioso, y a soportar pelmazos. A Coll, por ejemplo, y ahí me paro para no llegar hasta ‘la bodeguiya’ ni meterme en andurriales cenagosos.

Todo el mundo dice que los franceses son, antes que nada, franceses. Eso prueba que el nacionalismo español, digan lo que digan los nacionalistas vascos y catalanes es prácticamente inexistente.

Yo no tenía buena opinión de Daviz Muñoz a causa de la simpleza de la mujer con la que comparte su vida. Pero vi un titular en el que se refería a la tortilla española y al leer su razonada opinión me percaté de que lo suyo no es simpleza. Al margen de que esté de acuerdo o no, aplaudo lo que dijo.

No tengo ninguna predisposición a ir a uno de esos restaurantes tan caros. Su existencia prueba el desinterés por los que no comen.

La gastronomía es cultura. Pero hay que entender que consiste en aprovechar cualquier cosa para hacer un plato apetitoso: callos, sangre con cebolla, rabo de toro, etcétera.

En lo que a mí respecta, ningún plato puede hacerme disfrutar más que unos huevos fritos con patatas.

‘2016. Año bisiesto’
‘El Parotet y otros asuntos’
‘Diario de un escritor naíf’
‘Yo estoy loco’
‘Valencia, su Mercado Central y otras debilidades’
‘1978.El año en que España cambió de piel’
‘Tránsito en la mirada’
‘Te doy mi palabra’

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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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