En su proyecto nacionalista de ingeniería social y junto al intento por cambiar los hábitos lingüisticos de quienes viven en Cataluña, CiU tiene desde hace más de una década el empeño de catalanizar los apellidos de sus residentes, sean de origen catalán, de otra comunidad autónoma o incluso de otro país.
Así queda reflejado en una instrucción dictada en 1998 y que sigue en vigor por el Gobierno autonómico de Jordi Pujol -en el que el actual presidente, Artur Mas, era consejero de Economía- para facilitar a los ciudadanos «la traducción de un apellido castellano o extranjero al catalán», incluso sin la necesidad de que se instruya un expediente para ello.
La instrucción explica a los funcionarios del Registro Civil cómo proceder cuando alguien solicite cambiar su apellido del castellano al catalán.
Así, por ejemplo, los ciudadanos apellidados Sánchez puedan pasar a llamarse Sanxís, los Rubio puedan cambiar su apellido por Ros, los Fernández por Ferrandis, los Boulanger por Forner, los García por Garriga, los Haddad por Ferrer o los Casa por Cases.
Otros ciudadanos que llevan apellidos de origen castellano optan por aplicarles la tilde invertida o directamente la hacen desaparecer para ‘catalanizarse‘.
La candidata del PP, Alicia Sánchez-Camacho, subraya que su partido no va desencaminado cuando advierte «humorísticamente» en un video electoral de que, en una Cataluña independiente, los García se verían obligados a apellidarse Garriga.
«A veces la realidad supera la ficción».
Pese a reconocer que la instrucción del Gobierno catalán solo se dirigía a los que voluntariamente quisieran modificar sus nombres, la líder popular asegura que no quiere vivir en una Cataluña donde los ciudadanos sean de primera o de segunda según el apellido.
La candidata del PP a presidir la Generalitat ha criticado que el presidente Artur Mas, que se ha referido en varias ocasiones al vídeo e los populares en sus actos de campaña, haya reaccionado así a un vídeo que ha calificado de «humorístico«.
«Es lamentable y ridículo; la campaña se está haciendo cada vez más larga para el candidato de CiU a la reelección, al que veo cada día más nervioso y crispado».


