Han quedado dudas sobre si fue un accidente letal, por hacer el bobo, o un peculiar suicidio

Se electrocuta y cae achicharrado desde lo alto de la torre de alta tensión

La escena es extraña, porque no se sabe bien a que subía el tipo y que pretendía encaramado a lo más alto de la torre de alta tensión.

Han quedado dudas sobre si fue un accidente letal, por hacer el bobo, o un peculiar suicidio.

Todos hemos recibido una descarga eléctrica alguna vez: dando la mano a alguien, abriendo la puerta del coche,… pero no ha tenido más consecuencias que un ligero calambrazo.

Esas descargas de corriente estática se producen porque nuestro cuerpo se ha cargado eléctricamente debido al roce, por ejemplo, de nuestros zapatos con la alfombra.

Así, pasamos esa electricidad a aquello que tocamos produciendo ese desagradable calambre.

En el caso del coche, este se carga con el contacto con el aire, produciendo esa pequeña descarga al tocarlo. Pero, ¿qué pasa cuando nos electrocutamos de verdad?

Cuando trabajamos con instalaciones eléctricas y estamos en contacto con la corriente, una descarga eléctrica puede ser mucho más seria.

Una descarga eléctrica se produce cuando el cuerpo entra en contacto con un circuito eléctrico sin estar aislado del suelo, ya que la electricidad circula desde la mano hacia la tierra pasando por todo el cuerpo. Veamos entonces qué le pasa al cuerpo cuando entra en contacto con la electricidad:

Quemaduras:
El efecto más conocido de una descarga es el calor, este se produce por la pérdida de energía de la corriente eléctrica. Si la corriente es muy elevada puede literalmente achicharrar los tejidos que atraviese. La gravedad de las quemaduras depende del órgano o parte afectada del cuerpo y del tiempo que dura la descarga.

Contracción de músculos:
Nuestro sistema nervioso está formado por una serie de neuronas que, entre otras funciones, activan o desactivan los músculos según la orden que el cerebro les dé. Poseen señales eléctricas, pero son débiles. Por lo tanto, estas señales pueden ser superadas con facilidad al producirse una descarga. De esta manera, sería esta electricidad la que toma el control de nuestros músculos. Un ejemplo sería que si nos agarramos con la mano a un conductor eléctrico y se produce una descarga en nosotros, la reacción instantánea sería de cerrar la mano y quedarnos “pegados” al cable sin poder soltarnos voluntariamente, pudiendo producir fatales consecuencias. La única forma de evitar esto es cortando la corriente.

Asfixia y paro cardíaco:
La electricidad puede afectar también a órganos como el diafragma y el corazón en caso de descarga. Si es el diafragma el afectado impide la contracción de los músculos  de los pulmones y, por tanto, la respiración. En el caso del corazón, se puede producir que o bien se pare o que se produzca la llamada fibrilación ventricular que hace que el corazón se mueva rapidísimo pero no bombee sangre.

No todas las descargas son igual de dañinas. Dependen también de una serie de factores que pueden hacerla más grave en referencia al voltaje del circuito, la resistencia que tenga el cuerpo a la electricidad en ese momento (si nos encontramos mojados será más grave), la intensidad de la corriente, la duración de esta… etc.

El tipo de daño también es diferente dependiendo si la corriente eléctrica es alterna o continua.

En el caso de la continua el flujo se mueve siempre en el mismo sentido, en la alterna el movimiento oscila de delante hacia atrás. La corriente alterna es la que favorece la contracción muscular (quedarnos “pegados” a la corriente) y la continua, en cambio, provoca que el sujeto salga disparado de la toma de corriente. Con respecto al corazón, la alterna lo hace fibrilar y la continua, que se pare.

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