EL REPASO

Alfonso Rojo: «Se apagó España y Sánchez se puso histérico a buscar a Putin para echarle la culpa»

Se apagó España, internet incluido y se fue a negro el Gobierno Sánchez.

Tuvieron que pasar seis horas para que apareciera el marido de Begoña, para no decir nada y la razón de ese mutis, tan irresponsable como pernicioso, es que andaba el tipo buscando un cabeza de turco a quien echarle la culpa del Gran Apagón.

Por eso, en lugar de salir a la palestra de inicio y tratar de calmar a la ciudadanía, en lugar de recurrir a los técnicos se reunía con los gurús propagandísticos de La Moncloa, urdiendo como echarle la culpa a Vladimir Putin.

Por eso, para intoxicar y tratando de arrimar el ascua a su escuálida sardina, dejó caer que estaba en contacto con la OTAN.

De Red Eléctrica, donde mantiene de mandamás a la socialista Beatriz Corredor, que de voltios, amperios y vatios sabe lo que yo de piscifactorías, ni palabra.

Por cierto que la exministra de Zapatero -que cobra un sueldo de 540.000 euros- sigue desaparecida.

Lo mismo que Chiqui’ Montero, Sara Aagesen, Óscar Puente, Grande-Marlaska, Óscar López y Mónica García, los genios que integraban el comité de crisis.

Casi agradezco su silencio, porque alguno de esos majaderos, para no asumir responsabilidades, es capaz de echarle la culpa a los OVNIs.

Si España no saltó en pedazos este 28 de abril, no fue gracias al Gobierno Frankenstein, sino a pesar de él.

Fueron los médicos, los bomberos, los técnicos de emergencias, los operarios anónimos, los ciudadanos pacientes, los guardias municipales y las emisoras de radio quienes sostuvieron, a pulso, la vida cotidiana mientras las pantallas permanecían negras y las sirenas rasgaban las calles.

Todo lo que hizo Sánchez fue alimentar la confusión, la angustia y la psicosis, el miedo a lo desconocido y las compras compulsivas de pilas, velas y latas de conserva.

Veremos cuantos miles de millones nos termina costando la broma.

No tengo muy claro, a estas alturas de la vida, si son más perjudiciales para el genero humano los malos o los idiotas.

Y hay que ser muy tonto para decir -como hizo Sánchez– y sobre todo para creerse que de repente, misteriosamente, desaparecieron 15 gigavatios del sistema eléctrico español y que en ese enigma reside todo.

Un caos de semejante magnitud exige una explicación profunda, poner en cuestión la puertas giratorias, el modelo energético, las prioridades presupuestarias y hasta la política informativa,  porque esto no es ni la Cuba castrista ni la Venezuela chavista, por mucho que a los progres les gusten esos regímenes.

Que hubo falta de previsión es evidente. Que el PSOE y sus socios están superados por los acontecimientos y además de malos son tontos, salta a la vista.

Que hay que convocar elecciones cuanto antes y darles a Sanchez y a su cuadrilla de maleantes una patada en el culo, también.

Porque esta vez ha sido la luz. La próxima será también el agua.

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