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El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han definido este 18 de abril de 2012 las ‘líneas rojas’ que se van a atravesar para tratar de aliviar los 15.000 millones de deuda que hacen tambalear la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Las medidas serán «ambiciosas» -tal y como comunicaron a este diario los consejeros- y servirán para conseguir un ahorro de 7.000 millones de euros.
En la mesa del Consejo Interterritorial de Salud -que se ha reunido este miércoles- se ha propuesto el copago farmacéutico según la renta.
De esta manera, los pensionistas y enfermos crónicos -hasta ahora exentos del desembolso- contribuirán también en el pago de las medicinas, siempre y cuando sus ingresos sean altos.
Sanidad planteará otra serie de fórmulas para aliviar el gasto farmacéutico, una partida que supone en España el 25% del gasto sanitario total.
Por ello, se valorará la creación de una central de compras de medicamentos centralizada, con la que se ahorrará 700 millones de euros.
La reforma sanitaria se completará con una reducción de los servicios de ambulancias, la extensión de la tarjeta sanitaria única y un mayor control del turismo sanitario, un lastre que cuesta al SNS más de 1.000 millones de euros al año.
Se definirá también una nueva cartera básica de servicios «más eficiente», donde se dejará de sufragar las terapias obsoletas y se vigilará muy de cerca la financiación de las operaciones de cambio de sexo, las vasectomías o la reproducción asistida.
Con las calculadoras echando humo, el Gobierno pretende que la reforma sanitaria -la que más aliviará las arcas de las autonomías- esté lista antes de verano.