Insultos, peluquería o acoso cibernético: aproximadamente una décima parte de los adolescentes de todo el mundo han sido víctimas de violencia psicológica o física por parte de sus compañeros al menos una vez en sus vidas. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg (MLU) ha demostrado que tanto las víctimas como sus perpetradores sufren estos ataques: están más inclinados a consumir alcohol y tabaco y tienen más probabilidades de quejarse de psicosomáticos. Los problemas y sus posibilidades de tener problemas con su entorno social también aumentan. En la revista científica «Revisión de servicios para niños y jóvenes», los investigadores piden que los programas de prevención hagan más hincapié en la cohesión dentro del aula, según recoge sciencedaily y comparte Paula Dumas para Periodista Digital.
El Dr. Anett Wolgast y el Dr. Matthias Donat, dos de los científicos de psicología educativa de MLU, querían saber si había alguna diferencia en la forma en que las culturas de los diferentes países manejaban el hecho de ser acosados y si los niños lo manejaban de manera diferente a las niñas. Para ello, compararon los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que había preguntado a aproximadamente 3,000 adolescentes de cada país sobre sus vidas como parte de un extenso estudio realizado durante varios años. Los datos incluyeron información sobre cualquier acoso escolar que los adolescentes habían experimentado con otros estudiantes, pero también detalles sobre el consumo de alcohol y tabaco, las quejas psicosomáticas, lo fácil que les resultó hablar con sus amigos y cómo vieron el apoyo social de sus compañeros de clase.
Los investigadores analizaron las respuestas de los adolescentes que vivían en Alemania, Grecia y los Estados Unidos y se recopilaron durante varios períodos de encuesta diferentes. Los científicos eligieron estos tres países, porque creen que estas naciones se manifiestan de manera muy diferente: ven a los Estados Unidos como algo más individualista, a Grecia como muy colectivista y a Alemania como un punto intermedio. El análisis reveló que el comportamiento y los problemas de los adolescentes son similares en los tres países, ya que aproximadamente el nueve por ciento de los niños y las niñas han sufrido repetidos ataques físicos o psicológicos por parte de otros estudiantes. El Dr. Wolgast dijo: «Ninguno de los tres países puede utilizarse como modelo para tratar el problema. Nos sorprendió esta estabilidad que trasciende las culturas y los diferentes períodos de tiempo».
