El Estado y sus estructuras fundamentales son perennes y si se reforman debe ser con el consenso de las grandes mayorías, pero los gobiernos son temporales y pueden cambiar radicalmente lo que hicieron los anteriores.
Esa es la diferencia fundamental entre Estado y gobierno que ignoraran los socialistas que exigen “Rajoy no”; en correspondencia, tras perder unas elecciones los populares podían impedir un gobierno negándose a que lo forme un socialista.
Su “no es no, y “qué parte del no no entiende el PP” rechaza radicalmente la forma de Estado estable que se han dado los españoles.
Quienes elaboraron la Constitución y las leyes electorales nunca imaginaron que una minoría de legisladores de bajo nivel intelectual, político y social llegaría a un filibusterismo tan dañino para el Estado como el de ese ofuscado “no es no”.
Un Estado puede estar sin gobierno un tiempo limitado, algo positivo pues asienta pasiones y permite reflexionar sobre qué será mejor para el país…
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