La nueva intromisión del gobierno de Mariano Rajoy en la vida interna de las empresas privadas es una acción típicamente socialdemócrata: imponer los currículos ciegos, en los que quienes soliciten trabajo no aporten foto ni nombre, supuestamente para evitar discriminaciones.
En el campo laboral esto es como el igualitarismo en las escuelas impuesto por socialdemócratas desorientados y buenistas por el que los más listos deben adaptarse al ritmo de estudio de los más torpes, lo que hace a todos igualmente tontos.
Las empresas privadas tienen derecho a elegir su personal sin que se les marque norma alguna, y menos con cuotas de sexo y/o tendencias sexuales, y quizás después religiosas o étnicas…
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