Acaba de darse en el aeropuerto de Barcelona un ejemplo de filantropía tóxica: once de los 176 pasajeros de un avión con destino a Dakar, Senegal, se amotinaron para impedir la devolución a su país de un inmigrante indocumentado llegado poco antes en otro vuelo y que fue rechazado en la zona internacional.
Espoleados por la periodista y activista de oenegés Anna Palou Solé, que transmitía por Twitter la situación, los sublevados impidieron el vuelo durante más de hora y media.
El inmigrante fue devuelto finalmente en el avión y los filántropos retenidos en tierra tras provocar retrasos concatenados con cambio de tripulaciones y pago de hoteles e indemnizaciones a quienes esperaban en Dakar la vuelta, que se retrasó casi un día….
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