Los inmigrantes que consiguen salir adelante en el país que los acoge suelen estarle agradecidos y no tratan de destruirlo usando sus medios y libertades, aunque en España no ocurre así con algunos de los más influyentes.
Es un fenómeno sorprendente, porque en los países europeos, al margen de los islamistas supremacistas y los yihadistas que quieren apoderarse de toda España, Al-Ándalus, los inmigrantes dedicados a la política suelen defender las democracias que los acoge.
Con el separatismo catalán han destacado otros inmigrantes que deberían agradecerle a España sus estudios, trabajos y medios de vida, pero que por algún motivo que sólo los psiquiatras podrían descubrir, parecen detestarla, y especialmente a la Constitución.
Ejemplo, una concejal de Madrid, la podemita peruana Rommy Arce…
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