Hasta que el Rey no advirtió en televisión la semana pasada que la traición de los separatistas a la Constitución era intolerable, las fuerzas políticas excepto Ciudadanos atribuían la insumisión de la Generalidad a la torpeza de Mariano Rajoy por no negociar una salida al conflicto “entre Cataluña y España”.
“España está contra Cataluña” y “España contra el pueblo catalán” denunciaban Artur Mas y Carles Puigdemont porque Rajoy no le concedió a la Generalidad más privilegios que los que ya tenía. No. Es Cataluña contra sí misma. Y está suicidándose.
El separatismo está usando el lenguaje como los nazis (“LTI. La lengua del III Reich”, Victor Klemperer) para tatuar su segregacionismo en el cerebro de catalanes y demás españoles.
Sus primeros éxitos fueron separar la idea de Cataluña de la de España…
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