La soberbia, la xenofobia antiespañola y el complejo de superioridad del nacionalismo catalán convertido en separatista han despertado al dormido españolismo, que sólo con desperezarse está produciéndole unos terribles daños a quienes lo sacaron del sopor.
Es la reacción inesperada de una fiera que trae consigo el peligro de destruirlo todo, incluyéndose a sí mismo.
Así, el falso pero espectacular referéndum de independencia del 1 de octubre ha recrudecido en el resto de España el boicot a los productos catalanes para castigar a sus separatistas, confiesan numerosos comerciales de fuera de esa región.
Es un contagio viral que se expresa incluso en el fútbol: este sábado el nuevo estadio del Atlético de Madrid, aparecía inundado de banderas españolas para vengarse del Barça, muchos de cuyos aficionados en su ciudad se proclaman separatistas con esteladas y muestran su odio a España con insultos a todos sus símbolos que también son suyos…
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