Usted lo habrá visto en publicaciones u oído a muchas veces: la democracia española es una basura, cualquiera es mejor, da vergüenza haber nacido en este país.
Gente amargada o revanchista que nunca salió al exterior para vivir en esos lugares que considera mejores y que, en todos los sentidos, generalmente son inferiores desde hace bastantes años.
Porque, es cierto, antes de la Constitución de 1978 la imagen de España en el exterior era poco amable, pero hoy también fuera se acepta que además de haber prosperado enormemente se encuentra entre las veinte mejores democracias del mundo: está entre los países más avanzados en riqueza y entre los menos injustos socialmente, aunque las ONGs exageren lo malo para aumentar sus recaudaciones.
El semanario británico “The Economist” tiene una Unidad de Inteligencia (EIU) que divulga confidencialmente desde 1946, pública anualmente desde 2010 parte de sus análisis de 167 países de todo el mundo basados en 60 indicadores cuyos resultados en conjunto valora del 1 al 10 (los completos de cada país para inversores o diplomáticos son de pago)…
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