El invierno y esta primavera trajeron tanta lluvia a España que buena parte de sus embalses se recuperaron tras una larga sequía, lo que atenúa temporalmente el miedo a la situación de hace un cuarto de siglo cuando cuatro años de sed desertificaron parte del país.
Lo que llevó a Josep Borrell, ministro de Obras Públicas de Felipe González, a proponer la creación de una red de trasvases con 150 embalses que enviaría agua a las partes más secas de la costa mediterránea.
El hoy ministro de Exteriores los defendía por sus beneficios para la ecología, los ciudadanos, la agricultura y para la cohesión nacional, pues aumentaba las interdependencias regionales, como Aragón con Cataluña, Valencia y Murcia.
Iguales razonamientos que los de otro ministro socialista de la II República, Indalecio Prieto…
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