Estrictamente hablando, el símbolo deEl purgatorio no aparece en la Biblia, aunque se conocen y aceptan en ella las oraciones por los difuntos
(Xabier Pikaza).- Según la teología tradicional, purgatorio (en sentido figurado) es el «purificatorio», que no se entiende como «tiempo» sino como proceso de transformación creyente (nos atrevemos a decir «cristiana») de aquellos que han muerto sin hallarse aún preparados para alcanzar la bienaventuranza de Dios.
Tiene un sentido básicamente medicinal: las purgas se empleaban antiguamente para curar a los enfermos de cuerpo. Del mismo modo, los enfermos de alma, necesitarían una purificación espiritual, a fin de limpiarse por dentro, para así recibir el amor de Dios y responderle igualmente en amor, amando a los demás hombres y mujeres, llegando de esa forma al cielo.
Por eso, más que de purgatorio e incluso de purificatorio, habría que hablar de amatorio, es decir, de aprendizaje y experiencia de amor, pues quien no ha conseguido amar o recibir en gratuidad el amor de Dios en Dios no está preparado para responderle en amor. Es, por tanto, una escuela de amor, donde el símbolo del fuego no emplea en clave de castigo, sino de creatividad de amor.
De todas formas, la Iglesia Católica no ha logrado explicar plenamente el purgatorio/amatorio, de manera que, en general, las iglesias protestantes se oponen a su visión del tema. Pero muy posiblemente esa oposición se dirige a un tipo de «mercado» del purgatorio (¡misas por los difuntos, en sentido casi comercial!) que a la visión recta del tema. Sea como fuere, esta experiencia del pugatorio tiene sus límites, pero incluye también grandes valores. Sobre ella quiero reflexionar este día de difuntos.
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