En cristiano y en humano, todos -todos- somos y seguiremos siendo hermanos
(Antonio Aradillas).- Aquí y ahora, y en la reseña de este nuevo libro coeditado por «San Pablo y el Centro de Humanización de la Salud- Religiosos Camilos», el término «duelo» aparece con la acepción de «conjunto de demostraciones que se hacen como manifestación de dolor por la muerte de una persona».
Con la sensibilidad, fe y exquisita preocupación por educar en valores humanos y divinos, aceptando no pocas de las carencias que definen a la sociedad actual, y más en los actos y comportamientos relacionados con el dolor familiar y social, Mateo Bautista, religioso de la orden de san Camilo, licenciado en Teología Moral y Espiritual, junto con Jesús Martín Bautista, licenciado en Derecho por la Universidad Carlos III de Madrid, son los autores del libro de unas 80 páginas, que porta el título de «El duelo de los Hermanos», en cuyos once capítulos «desgrana el proceso del duelo por los hermanos, a partir de su propio testimonio, íntimo y desgarrador y del ejercicio vital de sanación que requiere».
Y es que, sobre todo sociológicamente, se comparte, participa y expresa el dolor por la muerte de los seres queridos, con mención preferente y determinante para las del padre, la madre, la esposa, los hijos… y hasta los abuelos, mientras que la de los hermanos pasa desapercibida en multitud de ocasiones. En este libro, sus autores proporcionan con generosidad a los lectores, desde su propio y real testimonio, los elementos suficientes para «vivir» la muerte de un hermano con cuanto ella es, significa y supone, transcurridos los pocos o muchos años que hayan sido, en la con-vivencia familiar amorosa.
Los títulos de los capítulos son estos: una llamada telefónica, el camino del duelo, velatorio y funerales, los primeros días: la tempestad, los padres, el segundo hermano, aspectos sociales del duelo, paternidad herida, aceptación y reconstrucción, resistencia al proceso del duelo, y el legado.
Por muy personal que sea, el duelo por un hermano, tiene carácter público… Pero lo que desgraciadamente acontece también, y acontecerá aún más en la sociedad actual, es que, como sobreabundan las familias con un solo hijo, hasta se llega ya a pensar que el verdadero concepto de «hermano» apenas si tiene contenido y sentido.
De todas maneras, en cristiano y en humano, todos -todos- somos y seguiremos siendo hermanos, por lo que este libro será referencia constructivamente familiar, social y religiosa.
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