Misa en el primer aniversario de la muerte del padre Juan Viroche

Monseñor Maletti: «El padre Juan nos deja enseñanzas y la posta de un estilo, como pide el Papa Francisco»

El obispo proclama: "Que sigamos luchando por 'Ni un pibe menos por la droga'"

Monseñor Maletti: "El padre Juan nos deja enseñanzas y la posta de un estilo, como pide el Papa Francisco"
Monseñor Maletti, en el primer aniversario del cura Viroche

El lema que hoy nos reúne es, por un lado, "Abrazate a la vida"; y por otro y junto "Ni un pibe menos por la droga"

(Virginia Bonard).- Ayer, jueves 5 de octubre a las 11 hs, en el santuario porteño de San Cayetano, se celebró una misa en memoria del sacerdote tucumano Juan Viroche a un año de su muerte acontecida en circunstancias aún no esclarecidas. Presidió la eucaristía monseñor Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno y referente para la Comisión Nacional de Adicciones y Drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina.

Concelebraron los sacerdotes Lorenzo «Toto» De Vedia, Jorge «Chicho» Cloro, Carlos «Charly» Olivero, José María «Pepe» Di Paola, «Mingo» Rehin (franciscano), Gustavo Carrara, «Pancho» Velo, Hernán Martín (orionita), Eduardo Drabble, Abel Padín (orionita), Miguel Moreira.

La celebración fue muy emotiva por varias razones: una, la enorme presencia de jóvenes en recuperación de sus adicciones, con sus pancartas, acompañados por las comunidades que les dan cabida y acompañan en este camino. A la vez, el cariño, que se expresó por varios medios, al padre Juan Viroche.

Fue el propio Maletti quien anunció que esta tarde a las 20 hs, en la que fuera la parroquia del padre Juan en La Florida, Tucumán, se celebrará una misa en su memoria que será presidida por el cardenal emérito Luis Héctor Villalba, actual administrador de la arquidiócesis de Tucumán hasta que asuma el arzobispo nombrado, presbítero Carlos Alberto Sánchez.

El padre Pepe Di Paola, coordinador de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, agradeció especialmente la presencia de los jóvenes en recuperación quienes recibieron un extendido y cálido aplauso.

Homilía de monseñor Fernando Maletti en memoria del padre Juan Viroche, a un año de su partida

> Queridísimos hermanos y hermanas:
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> Junto a este grupo de sacerdotes que responden a una presencia sacerdotal mucho más amplia a lo largo y a lo ancho del país, junto a distintas organizaciones e instituciones que responden a otras muchas a lo largo y a lo ancho del país, hoy, a un año de su partida a la casa del Padre estamos rezando por dos cosas. En primer lugar por el eterno descanso de nuestro querido difunto sacerdote Juan, y por otro lado para pedir por la justicia, por la verdad y por la paz en el amor de la entrega del servicio y la donación como el de Jesús.
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> Por eso, hermanos sacerdotes, insertos y trabajando en distintas realidades y organizaciones, para prevenir acompañar y trabajar en la utopía de la recuperación de muchas y muchos jóvenes y adultos que han caído en el flagelo de la droga, desde las villas, desde los barrios, y desde distintos ámbitos de áreas de la vida, de la realidad de nuestras localidades y ciudades.
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> El lema que hoy nos reúne es, por un lado, «Abrazate a la vida»; y por otro y junto «Ni un pibe menos por la droga». Lo repetimos 3 veces: «Ni un pibe menos por la droga»; «Ni un pibe menos por la droga»; «Ni un pibe menos por la droga (acompañó fuerte la asamblea).
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> El padre Juan nos deja muchas enseñanzas y también la posta de un modo de ser y de un estilo misionero como pide el Papa Francisco ante lo cual no podemos mirar para otro lado. Por eso estamos aquí, representando esta realidad que nos convoca en este aniversario.

> Quisiera compartir con ustedes dos palabras que hacen a la vida de este sacerdote por el cual estamos hoy recordando y, a su vez, que nos pide a nosotros que sigamos acompañando y profundizando nuestro compromiso afectivo y efectivo con esta problemática que compartimos, la de las adicciones. Por eso, desde el Equipo Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, dependiente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, dos palabras: una, solidaridad; otra, pobreza.
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> Con respecto a la solidaridad, creemos, por el testimonio de quienes lo conocieron al padre que estamos recordando en un primer aniversario de su fallecimiento, que intentó vivir con sus fortalezas y fragilidades como ojalá intentemos vivir nosotros y todos aquellos de las organizaciones que hoy representamos, lo que dice el Papa Francisco a los movimientos sociales y populares:

«Es una palabra mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos.Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero: los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar. La solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares». (Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Aula Vieja Del Sínodo, martes 28 de octubre de 2014.)
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> Eso es lo que hacen aquellos que, desde la realidad popular, se insertan en la realidad social para cambiarla, que transforme la vida en un mundo de justicia, de amor y de paz. Abrazate a la vida, Ni un pibe menos por la droga.


> También el Papa Francisco nos habla de la pobreza cuando ha convocado a todo el mundo a la Jornada Mundial de la Pobreza que todos los años se va a celebrar el tercer domingo de noviembre, que se agrega a otras Jornadas Mundiales que ya existen y que sus antecesores fueron recalcando y que hoy el Papa Francisco también recalca. La Jornada Mundial de los Pobres donde el 19 de noviembre trabajaremos en esa línea en todo el mundo.
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> «Conocemos», dice el Papa, y lo leo como honrando la persona de tantos sacerdotes difuntos y actualmente ejerciendo su ministerio y también honrando la presencia de tantas religiosas, hermanitas, y tantos y tantas laicos, personas comprometidas que se juegan la vida para llevar adelante esto que tan bien nos describe el Papa Francisco y honrando ciertamente la figura del padre Juan que en el fondo, sea como sea el resultado de las investigaciones, quienes lo conocieron dijeron que era una vida entregada a los más pobres, inserta en el mundo de los pobres y la pobreza y un luchador para que esa pobreza que es desechable, la que es fruto de la injusticia, sea cambiada por una cultura de la pobreza evangélica que todos los bautizados y no bautizados ser felices tenemos que vivir.

Y dice el Papa como honrando a nuestro hermano difunto: «Conocemos la gran dificultad que surge en el mundo contemporáneo para identificar de forma clara la pobreza. Sin embargo, nos desafía todos los días con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el analfabetismo, por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de personas y la esclavitud, el exilio y la miseria, y por la migración forzada. La pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero. Qué lista inacabable y cruel nos resulta cuando consideramos la pobreza como fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia generalizada». (Mensaje del Santo Padre Francisco, I Jornada Mundial de los Pobres, 19 de noviembre de 2017, No amemos de palabra sino con obras.)
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> Damos gracias a Dios por tanta y tanta gente que, entre luces y sombras, intenta vivir un cambio como quien hoy recordamos, el padre Juan. Nos unimos desde el santuario San Cayetano de Liniers, aquí, en la ciudad de Buenos, pero donde también confluyen los 24 municipios del conurbano bonaerense, a la santa misa que en Tucumán, hoy a las 20 hs en el lugar propio que era la parroquia de barrio de padre Juan presidirá en concelebración el arzobispo administrador arquidiocesano, el cardenal Luis Villalba, junto a sacerdotes y muchos fieles de esa provincia del noroeste argentino. Nos unimos al estilo y al modo de hacer oración por un lado y al mismo tiempo de presionarnos recíprocamente para que no bajemos los brazos y nos comprometamos en la solidaridad y en un mundo más nuevo, donde la pobreza fruto de la injusticia, la marginación y el descarte social dé lugar a una patria de hermanos donde puedan reinar realmente aquellos valores de persona humana y comunidades que Dios soñó cuando realizó la creación y puso en el centro a las personas humanas.
>
> Que la Virgen de Luján, patrona de los argentinos, a cuyos pies y bajo su manto hemos peregrinado el fin de semana pasado, nos dé a todos la gracia no solo de no bajar los brazos sino de poder concientizar y visibilizar esta problemática que es común a todos y que en la prospectiva de la vida significa que sigamos luchando por Ni un pibe menos por la droga y que sigamos luchando también por la esperanza que significa que encontremos el camino para construirnos como patria de hermanos.
>
> Que así sea.


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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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