"No me consta que Roma haya aceptado la erección de una provincia eclesiástica vasca"
(José Manuel Vidal).-Pasado mañana pasa de obispo electo a residencial en la diócesis de Bilbao, que lo vio nacer hace ahora 45 años. Mario Iceta Gavicagogeascoa no es profeta en su tierra, en la que fue recibido de uñas. Bien preparado intelectualmente y con cintura, el nuevo prelado vizcaíno quiere ser «obispo de todos, con todos y para todos». Para conseguirlo ofrece la continuidad de «la hoja de ruta de la diócesis»y niega tajantemente que su nombramiento haya sido promovido por el cardenal Rouco. Tampoco le consta la aprobación romana de la provincia eclesiástica vasca y aconseja a monseñor Munilla «humildad y paciencia» para superar sus dificultades en San Sebastián. En el ámbito más político, asegura que, como dice la Iglesia, «la opción política nacionalista puede ser especialmente conveniente», advierte que es «idolatría» suplantar a Dios por una ideología política y espera la «desaparición definitiva de ETA» y la llegada de la paz, «nacida de un corazón convertido y de una voluntad sincera y decidida por rechazar toda forma de violencia».
El día 11 de octubre toma usted posesión como obispo residencial de la diócesis que lo vio nacer y con tan sólo 45 años. ¿Profeta en su tierra?
No será la primera vez que un vizcaíno es obispo residencial de esta diócesis. Ya don Luis María Larrea, nacido en Miravalles, lo fue y también otros tres obispos vizcaínos tuvieron diferentes responsabilidades en la diócesis. Don José María Cirarda como administrador apostólico, Don Juan María Uriarte como obispo auxiliar y también administrador apostólico durante un tiempo y Don Carmelo Etxenagusia, obispo auxiliar. Por tanto, no es una novedad en el episcopado de la Diócesis de Bilbao.
A pesar de los movimientos que se opusieron a su designación, ¿se siente obispo de todos?
Como dije en el mensaje de saludo a la Diócesis el día en que se hizo público el nombramiento, quiero ser obispo de todos, con todos y para todos. He repetido ya en varias ocasiones que uno de los ministerios principales del obispo es servir a la comunión y pido al Señor que me ayude en este cometido y a todos los diocesanos, cada uno desde su ministerio, carisma específico o responsabilidad, que podamos construirla entre todos.
¿Su modelo de pontificado será de continuidad o de ruptura con la senda y las líneas de fondo marcadas por sus predecesores?
La Diócesis está inmersa en llevar adelante el cuarto plan de Evangelización. Es la hoja de ruta que la Diócesis ha trazado hasta el año 2013. Es un buen plan y realista, cuya columna vertebral nos habla de revitalizar nuestras comunidades para la misión a la luz de la Palabra de Dios. Esos son los tres pilares de este plan y yo lo asumo con gusto y estoy dispuesto a impulsarlo y dinamizarlo.
¿El principal enemigo de la fe en Euskadi es la galopante secularización o el nacionalismo convertido en religión?
Ciertamente la indiferencia o, en mucha menor proporción, el rechazo a la propuesta de Jesucristo y la Buena Nueva del Evangelio es una dificultad con que nos encontramos en la tarea de la Evangelización. Pero también es cierto que todo tiempo es tiempo de gracia y oportunidad de crecer en la fe dando testimonio de Jesús. Como es bien sabido, la fe aumenta en la medida en que se da y también esa fe se purifica y robustece con las dificultades. Pero creo que vivimos un tiempo apasionante, el que nos toca vivir, donde podemos crecer en la amistad con Jesucristo como discípulos y dar testimonio de la vida que Él viene a traer al mundo, con sencillez y también con fortaleza. Cuando se habla de religión, ésta hace referencia al lugar que Dios ocupa en la vida de cada uno. Evidentemente, nada puede suplantar a la centralidad de Dios en la vida del cristiano. Las ideas políticas, las ideologías u otra serie de cuestiones, deben ocupar el lugar que les corresponde en el servicio del bien común. El suplantar la centralidad de Dios, como se nos recuerda en el Decálogo, amarás a Dios sobre todas las cosas, por cualquier otro elemento de tipo ideológico o político, tomándolo como un absoluto, constituiría una idolatría.
¿Se puede ser nacionalista y católico?
El documento de la conferencia episcopal del año 2002 sobre la valoración moral del terrorismo, trata en sus justos términos la compatibilidad entre ser católico y una opción política concreta como es el nacionalismo. A este respecto, en el punto 31 se afirma literalmente y es interesante prestarle atención: «Por nacionalismo se entiende una determinada opción política que hace de la defensa y del desarrollo de la identidad de una nación el eje de sus actividades. La Iglesia, madre y maestra de todos los pueblos, acepta las opciones políticas de tipo nacionalista que se ajusten a la norma moral y a las exigencias del bien común. Se trata de una opción que, en ocasiones, puede mostrarse especialmente conveniente. El amor a la propia nación o a la patria, que es necesario cultivar, puede manifestarse como una opción política nacionalista». En este mismo punto se afirma que ninguna opción política es un absoluto. Las diversas opciones políticas deben mantenerse siempre en los límites de la moral, de la justicia y de las exigencias del bien común y entonces son compatibles con la fe.
¿Qué opina de la oferta de tregua de la banda terrorista ETA? ¿Qué sintió al enterarse de la noticia?
La noticia nos llegó al principio de manera confusa por los medios de comunicación y suscitó expectación. Ahora bien, el mensaje que todos esperamos es la desaparición definitiva de ETA. La violencia y el terrorismo constituyen males morales nunca justificables y que deben ser siempre rechazados.
¿Cualquier avance en el camino de la paz es positivo y esperanzador?
La paz es un bien en sí mismo y no un medio que pueda ser utilizado como moneda de cambio. Debe nacer de un corazón convertido y de una voluntad sincera y decidida por rechazar toda forma de violencia y la apertura a la edificación de una humanidad basada en el respeto mutuo y afecto sincero, a pesar de las diferencias. De que estas condiciones se den depende que un avance en el camino de la paz pueda o no ser considerado positivo.
¿La Iglesia española puede o debe ayudar en este proceso? ¿Usted mismo estaría dispuesto a mediar en un eventual proceso de paz, si las partes se lo pidiesen?
No podemos confundir la tarea de la Iglesia que es siempre una tarea pastoral, con la tarea política o de las instituciones de la sociedad o del Estado. La tarea de la Iglesia es eminentemente pastoral. Como afirma la Doctrina Social de la Iglesia, la paz es fruto de la verdad que ilumina las causas últimas de la generación de la violencia y los acontecimientos de nuestra realidad ante Jesucristo que es la medida y la verdad de las cosas; es fruto del rechazo y deslegitimación de toda forma de violencia y del terrorismo; es fruto del ejercicio de la justicia, de la reparación del mal cometido, de la capacidad de pedir, otorgar y recibir el perdón, de caminar por vías de reconciliación; es fruto de la magnanimidad que nos compromete a trabajar juntos por la consecución de la paz mediante la edificación de una sociedad en la que podamos convivir en el afecto mutuo y el respeto. Esas son fundamentalmente las tareas que la Iglesia debe promover. Lo demás son asuntos que recaen en la esfera de la política y sus legítimas instituciones sobre las cuales yo no tengo competencia.
¿Vería con buenos ojos que el Vaticano aprobase la provincia eclesiástica vasca?
Me comentaron que recientemente se había difundido en algunos medios de comunicación que Roma aceptaba la elección de la Provincia eclesiástica vasca. He de decir que a mi no me consta tal información por parte de la Santa Sede. El Código de Derecho Canónico, en su canon 431 afirma que «para promover una acción pastoral común en varias diócesis vecinas, según las circunstancias de las personas y de los lugares, y para que se fomenten de manera más adecuada las recíprocas relaciones entre los Obispos diocesanos, las Iglesias particulares se agruparán en provincias eclesiásticas delimitadas territorialmente.» Evidentemente una acción pastoral común es conveniente en diócesis que tienen características similares, de modo que puedan ayudarse mutuamente e impulsar proyectos pastorales conjuntos. En este momento, nuestra diócesis de Bilbao pertenece a la Provincia eclesiástica de Burgos, junto con Vitoria, Palencia y Soria. Y en cambio, la Diócesis de San Sebastián pertenece a otra provincia eclesiástica. No es fácil promover una acción pastoral común, por ejemplo entre Bilbao y Vitoria con San Sebastián, dentro del espíritu que describe el derecho acerca de las Provincias eclesiásticas, teniendo su adscripción a sedes metropolitanas diferentes.
¿Qué siente ante los problemas que sigue teniendo monseñor Munilla en San Sebastián?
La acción pastoral y el gobierno de una Diócesis no están exentos de dificultades. Yo pido cada día en la oración y en la Eucaristía por la Diócesis hermana de San Sebastián, por su Pastor y por todos los que la componen, en la seguridad de que con oración, paciencia, humildad y buena disposición, atendiendo a las mociones del Espíritu que son siempre de comunión y paz, las dificultades se irán superando.
¿Es verdad que, como suele repetirse, sus dos nombramientos forman parte de una estrategia, urdida por el cardenal Rouco, para ‘españolizar’ y ‘derechizar’ las diócesis vascas?
No es verdad.
¿Queda tiempo para la música u otras aficiones al frente de una diócesis como Bilbao?
Desgraciadamente dispongo de poco tiempo libre. Procuro salir al monte de vez en cuando para cambiar de aires y hacer algo de ejercicio. Interpreto alguna pieza musical de vez en cuando en un teclado que tengo en casa y, cuando puedo, escucho música.
Monseñor, ¿qué debería hacer la Iglesia española para recuperar la credibilidad perdida como institución social de reconocido prestigio y de autoridad moral?
Creo que vivimos en una sociedad de la comunicación, donde comunicar bien, de modo interactivo, es algo esencial. Me parece que en este campo que, además, es inherente a la tarea del evangelizador, tenemos que seguir avanzando. Ello requiere, como bien conocen los expertos en la materia, una mejora en diversos niveles: optimizar el comunicador, explorar y mejorar las diferentes formas de comunicación, transmitir el mensaje siendo sensible a las características y circunstancias de quienes lo deben recibir, y disponer al receptor para acoger el mensaje. No hay ahora tiempo ni espacio para desarrollar esta idea, pero, efectivamente, creo que mejorar la comunicación y la interacción con el pensamiento y la sociedad actual es un aspecto importante.
Usted ocupó cargos de responsabilidad en la extinta Cajasur: ¿se ha hecho lo que se tenía que hacer?
Pertenecí durante cuatro años al Consejo de Administración de CajaSur. He de decirle que se actuó con rectitud y honestidad. Una de nuestras preocupaciones fue disminuir los riesgos en el sector inmobiliario, ámbito en el que la Caja siempre había estado muy presente, ya que es la actividad empresarial, con diferencia, más predominante en Andalucía y en los lugares donde Cajasur está presente. Con la crisis económica, financiera e inmobiliaria, todos los esfuerzos, realizados con seriedad y rigor, se han visto superados por la gravedad de esta crisis, con lo que ha terminado por afectar a la Caja.
Como médico, y como obispo, ¿cuál es su postura ante la reforma de la Ley del Aborto? ¿Participa de la idea de que los políticos que la hayan votado no pueden acercarse a comulgar?
Como he afirmado en repetidas ocasiones, el aborto no es la solución adecuada a los embarazos no deseados, en cuanto que consiste en la eliminación de un ser humano, y esto moralmente es inaceptable. La vida humana es siempre un bien inmenso y un don merecedor de acogida. Existen respuestas a situaciones difíciles y angustiosas que sean respetuosas con el niño recién concebido y con la madre que se encuentra en dificultad. El Papa Juan Pablo II, en su Encíclica Evangelium vitae, en el número 59, advertía de la responsabilidad de los legisladores a este respecto y así, afirmaba textualmente: «la responsabilidad implica también a los legisladores que han promovido y aprobado leyes que amparan el aborto y, en la medida en que haya dependido de ellos, los administradores de las estructuras sanitarias utilizadas para practicar abortos». Promover o favorecer el aborto no es compatible con la fe católica. De ahí que un político católico debe promover medidas legislativas que protejan la maternidad y la vida naciente y que, excluyendo el aborto, ayuden a la mujer ante embarazos no deseados o en situaciones difíciles. Así mismo, la Eucaristía es el sacramento de Vida por excelencia, mientras que el aborto consiste precisamente en la eliminación de una vida humana. De ahí la contradicción e incompatibilidad entre Eucaristía y aborto.
La Iglesia es pionera en cuidados paliativos. Sin embargo, las fronteras del fin de la vida cada vez parecen más difusas. ¿Hasta dónde puede llegar la medicina en este campo? ¿Es real el temor a una futura ley de eutanasia en España?
Los cuidados paliativos constituyen la respuesta adecuada a la enfermedad incurable y/o terminal. Ni la obstinación terapéutica (también llamado encarnizamiento o ensañamiento terapéutico) ni la eutanasia son respuestas adecuadas a estas situaciones. Creo que el camino de una auténtica humanización de los estadios finales de la vida conlleva el desarrollo de la Medicina paliativa, que constituye una auténtica filosofía del cuidar y promocionar la dignidad del atardecer de nuestras vidas y del momento de la muerte. Me parece que lo adecuado consiste en promover una legislación que extienda y consolide la atención paliativa y la formación de los profesionales de la salud y agentes sanitarios en este campo.
Algunos titulares
«Quiero ser obispo de todos, con todos y para todos»
«No es verdad que el cardenal Rouco haya urdido mi nombramiento y el de monseñor Munilla para ‘españolizar’ y ‘derechizar’ las diócesis vascas»
«Asumo con gusto la hoja de ruta que la Diócesis ha trazado hasta el año 2013»
«La fe se purifica y robustece con las dificultades»
«Suplantar a Dios por elementos políticos o ideológicos constituye una idolatría»
«Las ideas políticas y las ideologías deben ocupar el lugar que les corresponde»
«Ninguna opción política es un absoluto»
«La opción política nacionalista puede mostrarse especialmente conveniente en ocasiones»
«El mensaje que todos esperamos es la desaparición definitiva de ETA»
«La paz debe nacer de un corazón convertido y de una voluntad sincera y decidida por rechazar toda forma de violencia»
«No podemos confundir la tarea de la Iglesia que es siempre una tarea pastoral, con la tarea política»
«La paz es fruto de la reparación del mal cometido, de la capacidad de pedir, otorgar y recibir el perdón»
«No me consta que Roma haya aceptado la erección de una provincia eclesiástica vasca»
«En estos momentos, no es fácil promover una acción pastoral común entre Bilbao, Vitoria y San Sebastián»
«Con paciencia, humildad y buena disposición, monseñor Munilla irá superando las dificultades»
«La Iglesia debe mejorar la comunicación y la interacción con el pensamiento y la sociedad actual»
«En Cajasur se actuó con rectitud y honestidad»