Forcades: "Mis hermanos benedictinos en el Valle de los Caídos hacen una celebración diaria de la eucaristía en la tumba del general Franco"
El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, quiere que la beatificación de los 522 mártires de la Guerra Civil que se celebrará mañana en Tarragona sea una «ocasión de gracia, de bendición y de paz para la Iglesia y para la sociedad». Por su parte, la benedictina Teresa Forcades quiere que la Iglesia española pida perdón por apoyar a Franco.
En su carta dominical que mañana publicará la Hoja Parroquial de su archidiócesis, titulada Los mártires, testigos de fe y de perdón, Sistach explica la beatificación de más de quinientos hermanos en la fe «que dieron la vida por amor a Jesucristo en diferentes lugares de España, durante la persecución religiosa de los años treinta del siglo XX».
«Fueron muchos miles los que entonces ofrecieron este testimonio supremo de fe y de perdón. La Iglesia, siguiendo una tradición que viene desde sus primeros tiempos, siempre ha honrado a los mártires de Cristo. Ahora, Dios mediante, lo hará con este nuevo grupo», avanza el cardenal, que será uno de los más de cien purpurados que asistirán mañana a la macroceremonia.
Martínez Sistach explica en su carta que, desde el año 1987, cuando tuvo lugar la primera beatificación en Roma de mártires españoles -las religiosas carmelitas descalzas de Guadalajara-, han sido beatificados 1.001 mártires, de los que once han sido también canonizados.
El cardenal recuerda que entre los 522 beatificados mañana hay religiosos de todos los estamentos «que forman el Pueblo de Dios».
«Los obispos de la Conferencia Episcopal Española hicimos público un mensaje sobre esta beatificación. Lo titulamos Los mártires del siglo XX en España, testigos de la fe firmes y valientes, recuerda Sistach, que remarca que «los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio, que los había transformado y hecho capaces de llegar hasta el don más grande del amor con el perdón de sus perseguidores«.
«Los obispos -según monseñor Sistach- deseamos que este acto de Tarragona, en el Año de la Fe, sea una ocasión de gracia, de bendición y de paz para la Iglesia y para la sociedad. Vemos los mártires como modelos de fe y, por lo tanto, de amor y de perdón«.
Sin mencionar las críticas que ha suscitado entre algunos sectores izquierdistas de la Iglesia este macro acto de beatificación, Martínez Sistach reitera que «los mártires murieron perdonando. Por eso son mártires de Cristo, que en la cruz perdonó a sus perseguidores».
«Celebrando su memoria y acogiéndose a su intercesión, la Iglesia quiere ser sembradora de humanidad y reconciliación en una sociedad castigada por la crisis religiosa, moral, social y económica, en la que crecen las tensiones y los enfrentamientos», señala el arzobispo, que subraya que esta beatificación es «un acto eminentemente eclesial».
Martínez Sistach acaba su carta rememorando, «las circunstancias mucho más difíciles que las nuestras» que vivieron los religiosos de otras épocas.
Forcades quiere que la Iglesia pida perdón
Por su parte, a teóloga y monja benedictina Teresa Forcades ha pedido hoy a la Iglesia católica que pida perdón por su apoyo al franquismo y renuncie a los privilegios que aún conserva por haber colaborado con la dictadura, y considera «un insulto» que aún no se hayan rendido honores públicos a las víctimas de Franco.
En una entrevista con Efe, la monja ha opinado sobre la beatificación de los 522 religiosos que mañana se celebrará en Tarragona, en un acto que pretende ser únicamente religioso.
«No tengo ninguna opinión crítica por beatificar a una persona asesinada por defender su fe, pero el acto de mañana, como cualquier acto, tiene una dimensión política, y no digo que esa dimensión sea deseada por los promotores eclesiásticos».
La monja ha recordado que aunque el proceso para honrar a los religiosos asesinados se ha denominado de beatificación de los mártires del siglo XX, «en el inicio de sus causas eran mártires de la Guerra Civil» y que «eso no podemos obviarlo».
Forcades ha remarcado que los asesinatos de los religiosos ocurrieron «dentro de un conflicto político, un conflicto que acabó en una situación de dictadura franquista, y en esa dictadura la Iglesia católica no tuvo un papel neutro sino que apoyó al régimen franquista«.
Este apoyo de la iglesia a Franco no fue, según Forcades, «sólo genérico, sino que hay familiares que aún hoy buscan a personas desaparecidas durante el régimen y que mencionan a personas destacadas de la Iglesia como delatores que dieron listas de nombres».
«Ésa es una herida abierta, y ante esa colaboración con el franquismo de la Iglesia católica, aún hoy no hemos hecho una reevaluación crítica y no hemos pedido perdón por nuestra asociación con un régimen violento y antidemocrático que asesinó a centenares de miles de personas», ha sentenciado la benedictina.
Además, ha denunciado que el apoyo de la Iglesia al franquismo les reportó «unos beneficios y privilegios parcialmente aún vigentes hoy».
Para Forcades, la relación que aún hoy mantiene la Iglesia con el Estado «no es la ideal» ni para el Estado ni para la Iglesia, porque, ha dicho, «lo ideal es la separación Iglesia-Estado, eso es lo ideal para respetar el pluralismo democrático».
La monja, que en Cataluña impulsa el movimiento ‘Procés Constituent’ para configurar una candidatura política para las elecciones autonómicas de 2016, ha añadido: «Siempre que la Iglesia se ha asociado con el poder, siempre ha ido en detrimento de su misión, que es el anuncio libre del evangelio».
La religiosa también ha criticado que a las beatificaciones de mañana acudan las autoridades civiles y que parte de los gastos se hayan financiado con dinero público.
«Esta participación pública es un insulto a las víctimas y los familiares de las víctimas que aún no han recibido honores públicos», ha dicho Forcades.
La benedictina ha insistido en que la Iglesia Católica tiene que «hacer un reconocimiento público» de su papel en la dictadura y «pedir perdón a la sociedad».
«Pero en vez de hacer eso, mis hermanos benedictinos en el Valle de los Caídos hacen una celebración diaria de la eucaristía en la tumba del general Franco», ha agregado.
«¿Por qué hacemos esto?, ¿Cómo es que no hemos revisado esto? ¿Por qué no lo hemos eliminado?», se ha preguntado la monja.
Pese a su crítica a la Iglesia por colaborar con el franquismo, Teresa Forcades, que también es doctora en Sanidad, ha defendido que es la Iglesia católica donde más libertad ha encontrado para expresar sus opiniones: «Más que en la universidad o en los centros médicos en los que me he movido», ha dicho.
«Dentro de la Iglesia hay menos dimensión represora y es donde he encontrado un mayor respeto por las opiniones diferenciadas», ha concluido. (RD/Agencias)