Los representantes jerárquicos e institucionales de la Conferencia Episcopal Española siempre se han posicionado al lado de la oligarquía dominante en el Estado español en aquellos aspectos que hacen referencia a la identidad de Cataluña
La consulta independentista en Cataluña «es moralmente inaceptable». Así lo aseguraba esta pasada semana el portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo. La respuesta no tardó en llegar desde algunos sectores católicos catalanes, que incluso llegaron a pedir a sus obispos que «rompan las relaciones institucionales» con la CEE.
La primera crítica vino de la Abadía de Montserrat. En la tradicional misa dominical, el padre Salvador Plans, encargado de la homilía, subrayó que «el año que viene seremos consultados sobre nuestra identidad como pueblo de Dios. En los últimos años nuestros obispos han reiterado que reconoce la personalidad y las características típicas de Cataluña, en el verdadero sentido de la expresión y defender el derecho a reclamar y a promover todo lo que esto implica, según la doctrina social de la iglesia. Por esto, nos duele que el camino que sigue nuestro pueblo sea considerado por algunos cristianos imprudente y moralmente inaceptable».
Mucho más duros fueron los miembros de Esglèsia Plural. Este colectivo de Iglesia de base solicitó ayer a losa los obispos catalanes que «rompan las relaciones institucionales» con la Conferencia Episcopal Española (CEE), después de que el portavoz de esta última haya calificado la consulta soberanista como «inadmisible» e «inmoral».
La entidad de católicos de base Església Plural ha considerado esta noche en un comunicado que estas declaraciones «implican un punto de no retorno en la relación institucional entre la iglesia española y la catalana».
Según Església Plural, «si los obispos de Cataluña no responden con firmeza, claridad y contundencia a esta enésima declaración de los órganos dirigentes del episcopado español, no tendrán ninguna excusa para no ser calificados de cómplices del ataque sistemático que recibe Cataluña desde una parte importante del episcopado español y de sus máximos dirigentes».
Esta misma entidad subraya que, ante las declaraciones de Gil Tamayo, «sólo hay una respuesta posible: la ruptura de relaciones institucionales entre los obispos de Cataluña y la CEE, hasta que no haya una retracción clara, oficial y pública por parte de esta última».
«Hasta entonces -añade Església Plural- nuestros obispos tienen que abandonar todos los organismos de dirección y de trabajo de la CEE y no asistir más a las reuniones de esta institución, además de presentar una queja formal ante la Nunciatura«.
Según esta entidad de católicos de base, a sus asociados «no se nos pasa por alto que, después del Gobierno y los partidos políticos españoles, la primera reacción contra el pacto por la consulta ha sido de la Iglesia. ¡Que vergüenza! ¡Qué pena!», indica.
«Los representantes jerárquicos e institucionales de la Conferencia Episcopal Española -añade el comunicado- siempre se han posicionado al lado de la oligarquía dominante en el Estado español en aquellos aspectos que hacen referencia a la identidad de Cataluña, de la Iglesia catalana y también de los derechos sociales y políticos de la ciudadanía de todo el Estado Español».
(Rd/Agencias)