Una cruda historia de la Medellín post Pablo Escobar

«A mi amiga le cortaron la cabeza, yo me salvé por el rugby»

Isabel Romero tenía pensado escaparse del instituto, pero una apuesta y un raro deporte lo cambiaron todo, ahora lo llaman el "Milagro del Rugby Colombiano"

Isabel Romero, la primera de izquierda a derecha.

El 17 de noviembre de 2010 es una fecha que nunca olvidará Isabel Romero.

Ese día su amiga Andrea fue brutalmente asesinada, se supone que Isabel estaría con ella, que lo pasarían juntas en un paseo, pero el destino dio un giro gracias auna invitación a practicar lo que es ahora, literalmente, el deporte de su vida.

El rugby. Un deporte poco conocido y mucho menos practicado por los colombianos en aquella épica.

Después de nueve años después de aquel día, Romero, de 23 años, habla con tranquilidad del asesinato de una de sus amigas de la infancia.

Creció en un barrio donde la muerte era parte de la cotidianidad. Andrea, su amiga, fue una de las 2.023 personas asesinadas durante 2010 en Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia.

La apuesta que le salvó la vida

Pocas semanas antes de la muerte de Andrea, en el barrio de Romero, conocido como Castilla y considerado uno de los más violentos de la ciudad, habían inaugurado una cancha de pasto sintético.

Un día, una de sus amigas le apostó que no podía jugar rugby «porque era muy gordita para un deporte tan físico«.

Apostaron 20.000 pesos, unos cinco dólares.

«No me gusta que la gente hable de mi cuerpo, pero sobre todo, que me digan que no puedo hacer algo», revela.

Así que ese 17 de noviembre de 2010 ella fue hasta la cancha para probar que sí podía jugar rugby y dejó para después el paseo con su amiga Andrea.

En la cancha, construida con dineros públicos en un empeño por mejorar la ciudad, estaba entrenando Alejandra Betancur, una leyenda del rugby en Colombia y que hacía parte del comité consejero femenino del World Rugby.

Comenzó a entrenar con ella y lo primero que le dio Betancur fue una bolsa para entrenar los tacles. A Romero le encantó el ejercicio y se quedó allí toda la tarde y parte de la noche, con una sonrisa que le llenaba la cara.

Los planes de escaparse con su amiga se diluyeron en su cabeza.

Cuando volvió a casa se encontró con un tumulto. Gente, motocicletas, mucho movimiento.

«Pensé, ‘¿qué pasó acá?’ Fue en ese momento que me dijeron que habían matado a Andrea. Y que había sido muy feo: le habían cortado la cabeza».

«Yo me salvé porque estaba jugando rugby».

«Eso me impactó mucho. Me di cuenta que estaba en medio de algo muy feo, es en esos momentos que tenés que reaccionar y dejarlo», agrega.

Entonces, después de ese primer entrenamiento de rugby, Romero decidió reaccionar.

En los años 80 Medellín era conocida como la ciudad más violenta del mundo y el bastión del mayor narcotraficante de aquellos años, Pablo Escobar.

El destino de la ciudad comenzó a cambiar en 1993, cuando el capo fue ultimado. Pero las milicias urbanas, tanto de la extrema izquierda como de la derecha, contribuyeron a que la violencia se mantuviera.

Cuando Isabel era más joven, la inseguridad era tal que a veces no se podía salir de la casa. Como muchos de quienes crecieron allí y entonces, estaba acostumbrada a que se escuchasen disparos en la puerta de su casa.

«En la calle había personas que cuidaban el barrio. Los famosos combos. Las bandas criminales», dice.

«Pero también hay otros, en los barrios vecinos, que se van en contra de ellos. Lo peligroso es cuando llegan algunos de afuera con ganas de poner problemas porque los muchachos del barrio no van a dejar que eso pase«, relató.

La buena elección de sembrar el Rugby

Romero es un buen ejemplo de que la elección de Castilla como lugar para sembrar la semilla del rugby fue una decisión correcta.

Su talento se notó al instante. Desde 2012 es parte de la selección Colombia de esta disciplina. De hecho, compitió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, en la disciplina de rugby seven.

Actualmente Colombia está en el puesto 29 del ranking mundial, lo más cercano que ha estado jamás de clasificar al Mundial.

Un partido con Kenia es lo que le falta para lograr una plaza en el torneo de repechaje, que da un cupo al Mundial que se disputará en 2021.

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