Desde el Exilio

Miguel Font Rosell

Guerra de egos

 

En un artículo anterior hablaba sobre la constante en el ser humano en crear su propia verdad a base de planteamientos en los que sentirse cómodo con independencia de su veracidad, aferrarse a ellos, y apoyarse en su montaje para justificar sus acciones.
Si aplicamos tal premisa a los líderes de los distintos partidos que hoy discuten sobre un posible gobierno, y partimos de las querencias particulares de cada uno, sabiendo que quien tiene una marcada ambición llega a preferir el suicidio a una postura práctica y generosa, siempre que la explicación a ello colme sus justificaciones (léase el caso de Rosa Diez), el resultado bien puede ser el de afrontar unas nuevas elecciones.
Hay que partir que a ninguno de ellos, digan lo que digan, le importa más España que su propia ambición (de no ser así esto estaría ya resuelto), y que por tanto no están dispuestos a sacrificio alguno en su empeño por luchar hasta el final en aras de sus justificaciones, todo ello antes de su suicidio una vez perdidas todas las esperanzas (pasadas unas terceras elecciones), y siempre justificándose internamente al respecto.
Por parte de Mariano Rajoy, “su verdad” es la de considerarse ganador de unas elecciones por encima del partido, ser el elegido para salvar a España, no necesitar de reforma alguna, ni someterse a exigencia importante por parte de nadie. Su inmovilismo y cesarismo al frente de un partido que toca a su dictado, están fuera de toda duda. Le interesan unas nuevas elecciones aunque manifieste todo lo contrario, ya que parece por los últimos resultados, que el pueblo español, por aburrimiento, acabaría dandole la mayoría absoluta (o casi), sin tener que ceder en nada, haciendo válido con ello su proverbial inmovilismo y su filosofía (puramente franquista) que el tiempo acaba poniendo las cosas en su lugar y olvidando penurias.
Pedro Sanchez, por su parte, se sabe un corredor de fondo, al igual que Zapatero pertenece a la categoría de odiadores dentro del partido, y por nada del mundo cedería ante Rajoy, como tampoco lo hará ante Podemos, ya que considera que ello sería su fin inmediato. Sus únicas opciones consisten el negociar una abstención mínima entre sus diputados para el gobierno del PP, pero cargándose a Rajoy e imponiendo ciertas políticas a un nuevo equipo de gobierno en el que prefiere que esté Rivera, a efectos de no tener mas sombras en el ejercicio de la futura oposición y ser ahí el protagonista, o bien unas nuevas elecciones en las que considera que aun puede reconducir el ascenso de su partido y mantener su figura al frente, aprovechando, y poniendo en evidencia, la negativa personal de Rajoy a sacrificarse en bien del pais.
Albert Rivera, sueña con ser el salvador de una patria nueva, imponer su programa al ser llave, junto con una medida abstención del PSOE, al tiempo que provocar una renovación en el PP, formando un equipo de gobierno al que manejar y en el que su figura acabara imponiéndose como el miembro mejor valorado, encumbrándose de cara a unas futuras elecciones en las que acabar presidiendo el pais desde un redundado centro-derecha. Unas nuevas elecciones en las que culpar a Rajoy de no haber admitido un pacto con nuevas caras en favor de España e incluso de su mismo partido, cree que le puede favorecer, pidiendo para ello un mayor porcentaje de votos para llegar a una mayoría absoluta con el PP y acabar entonces imponiendo sus postulados, al depender el gobierno así, únicamente de su postura.
Pablo Iglesias, se considera el mesías de la nueva izquierda, el elegido para refundar la izquierda española, acabar con el partido socialista, convertirse en el líder de una oposición que acabe tumbando a la derecha, convirtiéndose con ello en el que conduzca a España hacia un nuevo socialismo populista, dispuesto para ello a cargarse a quien se cruce en su camino, ya sea desde el exterior o internamente, al mas puro estilo stalinista. Nunca pactará con nadie que no sea para su propio encumbramiento. Al estar paralizado actualmente y con una importante perdida de votos, le interesan unas nuevas elecciones en las que considera poder recuperarse y tener otro protagonismo.
Curiosamente los nuevos acaban buscando un nuevo bipartidismo, refundando el centro-derecha por un lado y la nueva izquierda por otro.
En definitiva y personalmente, a todos le interesan unas nuevas elecciones (nunca lo reconocerán) en las que echarse las culpas unos a otros como ya único programa, aunque ello comporte su suicidio, algo que me temo acabará produciéndose si sus propios partidos, de los que son sus máximos dictadores, no lo evitan, lo cual también parece harto complicado.
Creo que, sinceramente, la única salida a efectos de evitar unas nuevas elecciones y que al menos Sanchez, Rivera e Iglesias mantengan su ego sin demasiadas lesiones, es el ofrecer al PP el gobierno, con un nuevo equipo en el que no figure Rajoy ni su principal equipo, con reformas importantes y la amenaza de una moción de censura en caso de incumplimiento, algo que el superior ego de Rajoy, sin duda evitará, conduciéndonos a unas nuevas elecciones. Se trata de una guerra de egos, en la que los ciudadanos somos meros espectadores, no hay más razones.
Otro panorama supondría la renuncia de alguno de los líderes citados a su ego personal y eso, de momento, no parece muy probable.
Veremos.

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Miguel Font Rosell

Licenciado en derecho, arquitecto técnico, marino mercante, agente de la propiedad inmobiliaria.

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