La Bolsa de Nueva York contuvo hoy las fuertes pérdidas de la jornada anterior, en una sesión sin grandes movimientos en la que los inversores siguieron con la mirada puesta en los temores sobre la marcha de la economía mundial.
El principal indicador del parqué neoyorquino, el Dow Jones de Industriales, se dejó un 0,14 por ciento este miércoles para cerrar a 11.007,88 puntos, muy cerca de la cota de los 11.000 puntos que tanto le había costado recuperar.
Sin embargo, tanto el selectivo S&P 500 como el índice compuesto del mercado Nasdaq lograron sellar la sesión en terreno positivo, con unos tímidos ascensos del 0,02% y el 0,25%, respectivamente.
En una jornada en la que se conoció que Irlanda podría aceptar el plan de rescate que preparan la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, los inversores continuaron observando muy de cerca los problemas que sufre ese país, que temen puedan propagarse a otros estados europeos.
Tampoco desaparecieron los miedos sobre una posible subida de tipos de interés por parte de China, un rumor que se ha acrecentado entre los inversores internacionales desde que en la jornada anterior Corea del Sur elevase los suyos.
Esos temores provocaron la jornada anterior el miedo en Wall Street, lo que causó unos descensos en torno al 1,6%, los peores del parqué neoyorquino en tres meses.
Este miércoles los mercados lograron contener esas caídas y mantenerse sin grandes cambios a lo largo de toda la jornada.
Los inversores conocieron hoy además diversos datos macroeconómicos de Estados Unidos, entre ellos el índice de precios de consumo, que aumentó un 0,2% en octubre -por debajo del 0,3% pronosticado por los analistas- y un 1,2% interanual.
Según informó el Departamento de Trabajo estadounidense, si se excluyen los precios de alimentos y energía -los más variables-, el índice no registró cambios por tercer mes consecutivo, para dejar así la inflación interanual subyacente en el 0,6%, la más baja jamás registrada.
La baja inflación señala que el encarecimiento de las materias primas aún no se ha trasladado a los consumidores, lo que da margen para que la Reserva Federal continúe con la política monetaria de tipos de interés por debajo del 0,25% que aplica desde diciembre de 2008.
Esa acción del banco central estadounidense, fuertemente criticado tanto fuera como dentro del país, recibió hoy el respaldo del estadounidense Warren Buffett, el inversor más conocido del mundo y máximo responsable del grupo Berkshire Hathaway.
Por otra parte, el Departamento de Comercio reveló que la construcción de casas nuevas en Estados Unidos disminuyó un 11,7% en octubre, hasta una tasa anualizada de 519.000 unidades, el nivel más bajo en un año y medio.
Sin embargo, los permisos de construcción, indicador de la actividad futura, subieron en ese mismo mes un 0,5%.
A ese cúmulo de noticias y variables se unió hacia el final de la sesión la noticia de que la Fed ha ordenado que los principales bancos estadounidenses se sometan a más pruebas para demostrar que podrían sobrellevar otra recesión.
Entre esos bancos se encontrarán Citigroup, Bank of America, JPMorgan Chase y Wells Fargo, que cerraron con elevados descensos tras conocerse esta noticia.
Destacó la caída del 2,68% de Bank of America, que se vio afectada también por la noticia de que un juez ordenó el martes al gigante financiero devolver los 500 millones de dólares que cobró de Lehman Brothers, el banco de inversión que protagonizó en septiembre de 2008 la mayor bancarrota de la historia de Estados Unidos.
Tras el cierre de la sesión, el fabricante automovilístico General Motors anunció que sus acciones empezarán a cotizar por 33 dólares cada una cuando este jueves realice su esperado regreso al mercado, de donde salió cuando se declaró en quiebra el verano de 2009 y al que podrían regresar a través de la mayor salida a Bolsa de la historia.
En otros mercados el petróleo perdió un 2,3% de su valor y terminó a 80,44 dólares, el oro bajó hasta los 1.336,9 dólares, el dólar bajó ante el euro, moneda ante la que se cambiaba a 1,3515 dólares, y la rentabilidad de la deuda pública a diez años subía al 2,87%.
