Si el BCE y Europa actúan con decisión, el PIB avanzará por encima del 2% el año que viene
El petróleo más barato, el euro, la caída de costes laborales y el crédito afianzan la recuperación. Si el BCE y Europa actúan con decisión, el PIB avanzará por encima del 2% el año que viene.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, y el presidente de Telefónica, César Alierta, coinciden al identificar que permitirán a la economía española registrar un crecimiento récord en 2015 y que suponen una conjunción sin precedentes desde el arranque de la actual crisis económica.
Como recoge Ingrid Gutiérrez en El Economista, durante su intervención, el miércoles, en La Noche de la Economía de elEconomista, De Guindos apuntó al abaratamiento del petróleo, la depreciación del euro, la caída de los costes laborales y la mejora del crédito, respaldada por unos tipos bajos, como los elementos que están afianzando la recuperación.
Los expertos consultados por este diario aseguran que, si a estos factores se suma una acción decidida por parte del Banco Central Europeo y de las grandes economías del Continente, el PIB español avanzará el año que viene por encima del 2 por ciento que prevé el Gobierno.
Abaratamiento del petróleo
El primer aspecto al que hace referencia el titular de Economía es la bajada del precio del crudo. En lo que llevamos de año, el Brent, petróleo de referencia en Europa, se ha abaratado desde los 110,8 dólares por barril a los que despidió 2013, a los 69,45 dólares.
Esto implica un descenso de su coste del 37,3 por ciento. El propio De Guindos pone cifra al impacto que esta rebaja va a tener en términos de reducción de la factura energética. España se ahorrará en este sentido algo más de 10.000 millones de euros, en torno al uno por ciento del PIB.
Es lo que Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) considera «deflación buena», porque su efecto es positivo para la balanza comercial y genera ahorros al país. Al mismo tiempo, explica Bernal, un petróleo más barato favorece la actividad económica por la vía de la oferta, porque supone menos costes de producción para las empresas.
Sin embargo, éste no es el único impacto que el Gobierno confía en lograr con esta rebaja. De ahí que De Guindos aprovechase su intervención, en la gala de entrega de premios de elEconomista, para exigir a las petroleras que empiecen a repercutir la rebaja del crudo en los costes de los carburantes, en vez de engordar sus beneficios.
José Carlos Díez, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, apuntaba esta semana a la existencia de un oligopolio en el mercado de las gasolinas. En unas jornadas del Centro Internacional de Formación Financiera (CIFF) lamentaba que, cuando el precio del crudo baja, las gasolinas sólo lo hacen en una proporción del 50 por ciento y de manera retardada, mientras que cuando sube se traslada al cien por cien y de forma inmediata.
Mientras, fuentes del sector petrolero aseguran a este diario que los carburantes se han encarecido 7 céntimos este año debido sólo a los impuestos.
Unos carburantes más baratos permitirán a los hogares contar con más renta disponible para dedicar al consumo. María Jesús Fernández, analista de Funcas, explica que la rebaja de impuestos que entrará en vigor el próximo mes de enero también puede dar un pequeño impulso al gasto privado.
De hecho, asegura que, pese a que la renta disponible apenas ha mejorado e incluso se ha reducido, sí se está registrando un avance del consumo.
En concreto, la tasa de ahorro de los hogares e instituciones sin fines de lucro se situó en el 15 por ciento de su renta disponible en el segundo trimestre, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En concreto, la renta disponible de las familias se redujo un 0,8 por ciento en ese periodo, hasta los 184.972 millones, mientras que el gasto en consumo fue de 156.958 millones de euros, esto es, avanzó un 3,3 por ciento en relación al trimestre anterior.
Menos costes laborales
Otra de las claves que van a propiciar el despegue de la economía es, según el ministro, que nuestro país ha recuperado prácticamente toda la competitividad perdida desde su entrada en el euro. De Guindos hace hincapié en que esto ha sido así gracias a la evolución de los costes laborales unitarios.
De acuerdo con las estadísticas publicadas por el INE, estos han pasado de subir al 4,9 por ciento en 2009 -en un momento en que la economía registraba una profunda recesión, con una caída del PIB del 3,6 por ciento- a descender un 0,1 por ciento este año, cuando acumulamos ya seis trimestres de avance de nuestra riqueza.
Así, De Guindos defiende que si a esto sumamos el incremento de la productividad y la flexibilidad que han venido aplicando las empresas, vemos cómo España ha empezado a «comer parte de su terreno» a otros países europeos en lo que a producción y oportunidades de negocio se refiere. Y ésta no es la única ventaja de la que pueden beneficiarse las compañías a nivel económico.
Depreciación del euro
De Guindos añade a lo anterior la evolución del tipo de cambio. El euro se ha depreciado algo más del 10 por ciento en lo que llevamos de ejercicio, hasta los 1,22 dólares (desde los 1,37 dólares alcanzados al cierre de 2013). Esta evolución «está permitiendo a los productos españoles competir mejor», remarca el ministro.
En este sentido, y, desde Funcas, valoran positivamente el comportamiento que están registrando las ventas de bienes y servicios en el exterior y añaden que las exportaciones también se están beneficiando de la reducción de los costes laborales.
Por su parte, Miguel Ángel Bernal explica que, en un momento en el que nuestros principales socios europeos flaquean en términos económicos, la depreciación de la moneda comunitaria beneficiará a España a la hora de potenciar las relaciones comerciales con el área de América Latina que, además, presenta mejores datos en términos de crecimiento.
Mejora del crédito
Junto a todos estos aspectos, el titular de Economía destacó el cambio profundo en el sistema financiero español, que han traído consigo las últimas reformas. Algo que, desde su punto de vista, ha situado a las entidades españolas como las que tienen la mejor valoración de los activos en las últimas pruebas de resistencia realizadas a nivel europeo.
Esto, según el ministro, está permitiendo que vuelva a crecer el flujo de crédito nuevo a familias y empresas.
Los últimos datos facilitados por el Banco de España (BdE), relativos al mes de octubre, evidencian que el nuevo crédito a pymes ha subido un 16,4 por ciento hasta 14.026 millones, su mayor cuantía del año. Los préstamos al consumo han avanzado un 23,5 por ciento, a algo más de 1.700 millones; mientras que el crédito para adquisición de vivienda se ha incrementado un 23,5 por ciento, a 2.352 millones. de euros.
Precisamente, el sector inmobiliario, convertido a lo largo de esta crisis en «principal rémora de la economía española», según Luis de Guindos, también empieza a percibir que el ajuste «está próximo a su fin».
Todo esto ha favorecido que, según el ministro, España salga de «la noche oscura de la economía», por la que atravesaba en 2102, la primera vez en que intervino en los premios organizados por elEconomista, siendo ya miembro del Gobierno de Mariano Rajoy.
Un repunte mayor del PIB
Los analistas consultados por este diario coinciden en que, si todos estos indicadores mantienen su actual comportamiento y, tanto el BCE como las principales economías del Viejo Continente apuestan por las políticas expansivas, el PIB avanzará por encima del 2 por ciento que el Ejecutivo ha considerado a la hora de elaborar los Presupuestos Generales del Estado de 2015.
Por todo lo anteriormente expuesto y porque, en opinión de María Jesús Fernández, los tipos de interés a largo plazo también tienen margen para seguir reduciéndose.
Pese a todo, ponen énfasis en que siguen existiendo, a la vez, riesgos importantes procedentes del ámbito internacional.
Preocupa, por ejemplo, el hecho de que la retirada de la política expansiva en Estados Unidos y el consiguiente aumento de tipos de interés que derivará de ésta, «provoque pequeños temblores en los mercados financieros». Existe, igualmente, incertidumbre, sobre cómo puede afectar la retirada de estímulos por parte de la primera economía del mundo a los países emergentes.
