“Doctor Beuer, quisiera verlo por un asunto muy urgente. El futuro de la filosofía alemana depende de ello. Lo espero mañana a las nueve de la mañana en el café Sorrento”. Lou Salomé.
Estas palabras encierran, de manera breve y prodigiosa, la médula de este libro. Una historia contada de forma magistral por Irvin D. Yalom, en la que el autor, doctor en medicina, inventa una historia en la que el principal protagonista es el filósofo alemán Nietzsche. Salomé es el punto intermedio entre él y el doctor Breuer. Y otros personajes no menos importantes son la esposa de Breuer, Mathilde, Max, su cuñado, el mismísimo Freud, que adopta, por la edad, el rol de discípulo aventajado de Breuer, Bertha, clave, quizás, de la novela…
Muy bien escrita. Con momentos sublimes en los que podemos imaginarnos sentados al lado de Nietzsche y de Breuer, escuchándolos, viviendo con ellos una de esas sesiones de psicoterapia que Breuer imparte al filósofo y en la que el mismo filósofo desnuda muy poco a poco sus interiores, su centro perturbado, su más íntima esencia, su pensamiento, sus miedos y sus anhelos.
Mi propio entendimiento de la trama indica que atisbo un ligero tropiezo de la primera con la segunda parte, algo así como una descompensación, un pequeño escalón que desenfoca y que aturde, de manera fugaz pero clara, la línea suave en la escritura de Irvin. En todo caso, este rubor que explico no significa gran cosa a la hora de gozar con la lectura de este escrito.
Una manera distinta de comprender a Nietzsche desde el punto de vista de otro, una alteridad puesta de manifiesto de manera directa y hermosa. Un complemento, si se quiere, en el estudio y comprensión de la obra del filósofo. Un magnífico libro.
Vale.