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Tres guisos para chuparse los dedos cuando vengas a la Ruta del Vino de La Mancha

Juan Luis Recio 19 Jun 2025 - 07:18 CET
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Si pensabas que comer en La Mancha se reducía a sus deliciosas gachas o su pisto manchego, estás lejos de conocer a fondo las delicias de la gastronomía de esta tierra infinita. Siglos de recetas cocinadas a fuego lento y todos los vinos que da esta tierra, la que recorre el mayor viñedo del mundo, son perfectos para realzar cada matiz de esos guisos que merecen una sobremesa pausada; esos pucheros que saben a recuerdo, a casa, a calma. Si se te hace la boca agua, aquí tienes tres recetas típicamente manchegas para no perderte en tu próxima escapada a la Ruta del Vino de La Mancha.

El plan perfecto para hacer un alto en el camino tras llenarse de silencio y paisajes infinitos. El estofado de judías con perdiz se basa en la sutileza de la caza menor. Para quien busca los sabores realmente gourmet, este es un plato que nunca defrauda. Quien dice judías, dice alubias, todo depende de la zona geográfica, pero para el estofado de judías con perdiz, uno de los grandes clásicos de la cocina de invierno en los fogones de La Mancha, que sean blancas. La combinación de la ternura y suavidad de las judías con la intensidad de la perdices es exquisita. Un plato de cuchara de esos que se acompañan inevitablemente de un buen vino de la Ruta del Vino de La Mancha; ninguno mejor para despertar esos sabores de siempre que se cocinan a fuego lento y del que la gente del campo ha rendido cuenta durante décadas. Si estás por Campo de Criptana, prueba la reinterpretación de este plato tradicional en Restaurante Las Musas y, por Tomelloso, no dejes de probarlo en La Antigua.

Hablemos de galianos o gazpacho manchego: todo un viaje por los guisos romanos y sefardíes. El nombre puede llevar a confusión, pues ‘gazpacho’ se asocia a un plato frío, pero nada que ver con el gazpacho manchego, uno de los platos que realmente aportan identidad a la gastronomía de la llanura manchega durante los meses de invierno. Más desconocido que las gachas o el pisto, el gazpacho manchego nos lleva hasta tiempos del Imperio Romano y más recientemente, los guisos sefardíes. Un plato único, también conocido por el nombre de galianos, que cuenta sin duda parte de la historia de La Mancha. Su ingrediente estrella es la torta cenceña: un sabor único que arrastra siglos de historia, de trabajo en el campo, de tierra manchega, de tiempos de necesidad. Un sabor que hoy despierta aquel pasado y reconvierte la gastronomía de la Ruta del Vino de La Mancha en un elemento más con el que construir una cultura, una tradición y un legado. Con ese toque singular que le dal a torta cenceña (un pan ácimo troceado que sirve para espesar el guiso), y el gusto que siempre aportan los sabores de la carne de caza menor como la liebre, la perdiz, el pollo o el conejo, los galianos son de esos platos que reconfortan. No has venido a la Ruta del Vino de La Mancha si no te has dado un homenaje en torno a un buen gazpacho manchego. Los sirven de lujo en Cueva La Martina (Campo de Criptana),en Casa Gastronómica El Rincón de La Mancha (El Toboso) o en El Cocedero de Kiele (Socuéllamos), donde se puede degustar una nueva versión de este plato tan arraigado en la cocina manchega: el gazpacho marinero, con mariscos de primerísima calidad. ¡Quién dijo que La Mancha no sabe a mar!

Si eres de esos amantes de los sabores intensos, con paladar fuerte y suavidad en lengua, has de recorrer la Ruta del Vino de La Mancha y hacer un alto en el camino para deleitarte con una buena caldereta de cordero. Acompañada de un buen tinto de la zona será el complemento perfecto para un fin de semana de desconexión en el que detener el tiempo para volver a regocijarse en los detalles de lo importante. Una conexión directa con la vida que merece la pena. Un clásico del recetario tradicional manchego que es un canto a la cocina reconfortante, a esa cocina que te lleva a casa, al calor del hogar. De hecho, la caldereta de cordero tiene su origen en la cocina de los pastores, que fueron quienes dieron forma a este plato que cocinaban a fuego fuera de casa. Las primeras versiones se elaboraban con las partes menos nobles del animal, versiones que siguen siendo las favoritas para muchos de los paladares más exquisitos, si bien las recetas más recientes se elaboran con pierna o paletilla de cordero. Una delicia que solo mejora con el mayor viñedo del mundo a tus pies. Un buen lugar para darse un homenaje con este sabor tan manchego es Restaurante Azafrán, en Villarrobledo, el templo gastronómico de nuestra chef más laureada Teresa Gutiérrez, si bien siempre puedes acercarte hasta el restaurante del Hotel Casa Lorenzo, también en tierra de tinajas y una apuesta ganadora para los amantes del buen comer. El Rincón Manchego (Pedro Muñoz) es otro lugar ideal en el que reservar para poder rendirse a los placeres de una de las mejores gastronomías de España, al igual que Orbe KitchenBar (Tomelloso), un gran aliado para los amantes del buen comer con paladar exquisito

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

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