Postrada e imperturbable era conducida en una silla de ruedas por una asistenta latinoamericana calle Calvet abajo y arriba. La señora Bosch, histórica vecina del tercero, entró hace una década en un sueño eterno. Apenas ya abría los ojos. Hace 10 días los ha cerrado definitivamente y no quiero que pase una jornada más sin reflejarlo en este blog. Descanse en paz.
(La recuerdo hace 30 años enérgica y dominante en la escalera de Párroco Ubach, presta a cantar las cuarenta si pensaba que así debía hacerlo; murió su esposo y ella quedó postrada en una silla de ruedas donde dormitaba de manera permanente. Un sempiterno gorrito le cubría la cabeza los días fríos.)