El niño entra en una minúscula cafetería en la planta baja del Malecón Center de Santo Domingo y pide un bocadillo.
-¿De qué lo quieres?-le dice la dependienta.
-De lo que haya-contesta la criatura.
-¡Esta es una buena actitud!-exclama la dependienta.
(Y yo me mantengo observando la escena, sorbiendo mi negrísimo café dominicano en un rincón sin saber si lo estoy viviendo o lo estoy soñando. Por eso voy después a mi blog y lo escribo).