El panorama de la aviación española es desolador, lo que no deja de ser sorprendente si tenemos en cuenta que el año pasado vinieron a España 53 millones de turistas. Hace unos años -antes de que José Luis Rodríguez dejara esto como un solar- éramos la octava potencia económica del mundo, lo que significa que, además de los millones de españoles que viajan por turismo, otros muchos viajan por motivos de trabajo y otros tantos vienen a España por el mismo motivo. Por no hablar de los casi cinco millones de emigrantes y de sus familias que también van y vienen.
Pues bien, en los últimos diez años han quebrado casi 20 compañías españolas, como Futura, LTE, Air Comet o Air Madrid. La última ha sido Spanair, dejando a 23.000 pasajeros tirados y a 2.500 empleados en la calle. Por su parte, Iberia, Air Europa y Air Nostrum vuelan en turbulencia severa y nadie da un duro por su futuro. De hecho en las dos últimas ya ha habido recortes y despidos y en Iberia la cosa pinta muy mal.
Michael O´Leary, presidente de Ryanair, tiene una fortuna de 500 millones de euros. Nada que objetar, salvo un detalle: gran parte de esa fortuna la ha hecho en España a base de subvenciones que pagamos todos para que los billetes sean tan baratos. El año pasado recibió 660 millones de euros, lo que le permite vender billetes a un euro, regalarlos, o que sus aviones vuelen vacíos, y ganar dinero. Eso se ha llevado por delante a nuestras compañías y peligran seriamente las pocas que quedan, ya que en esas condiciones no pueden competir.
Y mientras aquí les ponemos la alfombra roja, en países más serios como Alemania, Francia, Suiza o Gran Bretaña defienden su industria y les niegan el acceso a sus mejores aeropuertos. Pero sobre todo les miran con lupa, cosa que si abren los links que pongo más abajo verán que es absolutamente indispensable.
En España O´Leary se mueve como Pedro por su casa y se permite publicar cartas amenazando a ministros para que le bajen las tasas, le quiten las multas y le eximan de inspecciones y normativas incómodas que a las demás compañías sí les aplican.
Ryanair no tributa en España y sus trabajadores cotizan en irlanda. O´Leary no deja un euro aquí, pero los presidentes de las comunidades autónomas le suplican -después de soltarle muchos euros de los contribuyentes- que no abandone sus aeropuertos fantasmas que nos han costado un pastón y que de otro modo estarían vacíos.
Pero si se molestan en echar un vistazo a esto: http://laverdadderyanair.blogspot.com/ o a esto otro: http://www.youtube.com/watch?v=S5BLkBeLj_o&feature=fvwrel , quizá cambie su opinión sobre Ryanair.
Y aquí no pasa nada (hasta que pase), nadie investiga en qué condiciones vuelan sus aviones y sus tripulaciones y nadie les toca un pelo.
En cuanto a la ocurrencia de volar con un sólo piloto, ofrecer este servicio a bordo: http://www.20minutos.es/noticia/393921/ryanair/felacion/gratuita/ , llevar a los pasejeros de pié para que quepan más o el resto de las ocurrencias y salidas de tono de O´Leary -como la que tuvo hace poco en Bilbao riéndose a la cara de los trabajadores en paro de Spanair, hasta el punto de que le tuvo que escoltar la Ertzaintza- no son sino publicidad gratuita, publicidad que él ha agradecido públicamente, añadiendo que «la quiebra de Spanair supone buenas noticias para el turismo y el empleo en España», ya que «permitirá la llegada de nuevas aerolíneas, que ocuparán su lugar y, al mismo tiempo, incrementarán el tráfico ofreciendo tarifas más bajas y un servicio más eficiente».
Es triste decirlo, pero a este paso dentro de muy poco no quedará ninguna compañía española.