Una imagen vale más…
... Que mil palabras. La foto la saqué en una playa que, por la hora, debería estar atiborrada de coches y de paseantes. Sin embargo, no había más presencia humana que la nuestra. Los niños estaban un poco asustados después de más de cuarenta días sin pisar la calle, escuchando conversaciones y oyendo explicaciones que no entendían muy bien pero que les hacían soñar con bichitos microscópicos muy malos que les producían pesadillas. En cambio la perrita no ha paseado más en su vida.