Don Quijote de la Sagra, una Hª del siglo XXI. Entrega número 3

DON QUIJOTE DE LA SAGRA, una Historia del siglo XXI (publicada en «El sol universal»). ENTREGA NÚMERO 3.

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SINOPSIS DE LA NOVELA: Quijote de Castilla y Castilla, vecino de la Sagra toledana, que está oficialmente inscrito en el Registro Civil con este nombre y apellidos, y conocido como Quijote de la Sagra por sus amigos, es un investigador cultural que, en unión de Constanza de Toledo, conciben un plan para reconquistar culturalmente la Península Carataria de Toledo, convenciendo a los duques, ductores y barones que rigen dicha Península de la necesidad y conveniencia de reafirmar las raíces castellanas de esa Carataria toledana.

Asimismo, pretenden que las diez comarcas de Toledo (La Sagra, Torrijos, La Sierra de San Vicente, La Campana de Oropesa, Talavera, La Jara, Toledo, Los Montes de Toledo, La Mesa de Ocaña y La Mancha) sean igualmente respetadas en su integridad territorial y en sus legítimos componentes culturales, para lo que deciden efectuar una embajada y expedición cultural ante las autoridades de la Península Carataria de Toledo.

Esto es lo que les sucedió en esta descomunal aventura contra las gigantescas fuerzas oficiales que van a oponérseles y que se empeñan en ver monótonas, pobres y sin matices a las enriquecedoras y variadas comarcas de Toledo, como a las otras muchas y diversas y singulares comarcas de la encantadora región histórica de Castilla la Nueva.)

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(COMIENZO DE LA TERCERA ENTREGA…)

Las sombras más que oscuras, tenebrosas,
del Premio oscuro por excelencia, el Nobel

En realidad, el Nobel es un amaño al que se llega invirtiendo mucho dinero por parte de los Gobiernos o las instituciones oficiales que presentan a un candidato.

Primero hay que promocionarlo en Suecia y en los alrededores de la Academia Sueca, con las traducciones pagadas al sueco y los ciclos de conferencias a los que se invita a los electores del Premio y se les trata a cuerpo de rey, viajes de vacaciones con todo pagado a quienes tienen que decidir, etc.

Es cuestión tan sabida que quien no lo sabe es porque nunca ha pisado un recinto del mundillo literario, donde ello es de dominio público.

Incluso pagar con chicas y con metálico o efectivo para captar el voto de los jurados que interese mercar es asunto cotidiano y corriente. ¡Pues buenos son los Académicos Suecos en asuntos de señoritas y de debilidades económicas a calzón quitado!

Si hasta han tenido que dejar de dar los Premio algún año porque había saltado algún escándalo sexual entre los miembros –¡y qué miembros!- de la docta casa sueca, acosando al propio personal femenino de la Institución… Y les daba vergüenza hablar de cultura ese año en aquella casa de placer y lenocinio…

¡Cuánto más agradecerán los de Estocolmo que les ofrezcan las señoritas en bandeja y ya desbravadas por parte de alguna institución oficial o gobierno que apoye a los candidatos de turno!

¡Vengan cuantos más candidatos mejor con su correspondiente bandeja de señoritas, chochos y chollos económicos varios que en esta docta Casa Sueca lo disfrutaremos a modo, a modo de dinamita Nobel y TNT explosivo en nuestra entrepierna, concretamente!

Si lo sabrá Camilo José Cela que hasta se hizo sionista –cuestión esta que ayuda mucho también para llegar a Premio Nobel, navegando entre las sombras que a él conducen- en cuanto le dijeron que esto sumaba puntos en la carrera de explosiones que conducen al chanchullo de chanchullos o Premio a las relaciones Públicas que llaman Nobel.

Decírselo y apuntarse a la “Asociación de Amistad Hispano-Israelí” fue todo uno, y allí juraba y perjuraba en arameo que como el dios de Israel, ninguno, y como el pueblo judío, tampoco. Los más santos entre los santos y los más justos entre los justos.

Y en conspiraciones de Real Academia Española para meter como académicos a amiguetes suyos que después le apoyaran para que la Academia, el Gobierno y la Banca le enviaran regalos de todo tipo a los Académicos suecos, ¡Camilo… un hacha! ¡Más fenómeno en esto que en succionar agua con el culo desde una palangana!

¡Dónde va a parar, mucho más fenómeno en esto de las suciedades marranas y en los enjuagues jabonosos oficiales, en los que era tan ducho como en contratar negros que le trabajaran en cada una de las etapas sucias por las que pasó su tremendista pluma que empalaba la honradez en cuanto la detectaba!

De hecho, la Academia sueca se lo vendió a buen precio eso del Premio, pero le pegó una puñalada trapera a la hora de motivar la concesión de la Mercancía Nobel que le entregaba, porque lo razonó así en el acta: «A Camilo José Cela, por una prosa rica e intensa que con una compasión moderada forma una visión retadora de la vulnerabilidad del hombre».

Sí… su compasión era “moderada”, ¡qué duda cabe! Como que se dedicó a escribir sobre tontos, cornudos, pajilleros batemarcas con su semen, mataperros, fulanitas, follacabras, paletos a los que les había caído un rayo mientras se la pelaban… ¡Compasiones moderadas! ¡Muy moderadas!

Pero ahora hay Diputaciones Provinciales compuestas por paletos literarios que se dedican a gastarse lo que no tienen en quien les llamó garrulos en “Viaje a la Alcarria”, casi en cada una de las páginas.

Y hasta le han dedicado calles y un castillo para promocionar un libro de viajes que les pone a parir, a caer de un burro y describe su tierra como llena de piojos y cagadas de mula y de coches de línea renqueantes y vomitados. ¡De la que apetece huir, y no internarse por ella!

Volviendo al Nobel y a sus corruptelas, hay que decir que, además de no saberse más que en Occidente quién es ese inventor de cosas explosivas, don Alfred al comprobar que los periódicos internacionales se referían a él como “el carnicero y asesino de la humanidad que más explosivos ha inventado para las guerras”, decidió legar su fortuna para limpiar su nombre con la concesión de estos Premios.

El dinero ha conseguido hacerlo y lavarle la cara al sueco, pero la honradez salta por los aires en cuanto se raspa un poco en las entretelas de la Fundación Nobel y de la Academia de Paniaguados de la Academia de Estocolmo, como se sabe.

La cuestión está tan politizada que las lenguas que dominan el Nobel de Literatura son:

El inglés, porque ganó dos Guerras Mundiales, que si no…

El alemán, porque antes de la Gran Guerra y en el periodo de los años 30 y además porque queda cerca de Suecia, tuvo y tiene muncho mando.

El francés, porque fue una República imperial superbelicista hasta hace poco.

Y el español, en cuarto lugar, este por méritos literarios propios y por habilidades diplomáticas ya expuestas, aunque los mejores literatos españoles son los que NO han alcanzado el galardón, porque ganar el español una guerra internacional, no la gana ni a tiros.

¡Pero si en inglés se lo han regalado hasta a Winston Sus Puritos y sus Copichuelas Churchill, o sea a Winston Leonard Spencer Churchill, más que nada porque los americanos le ganaran la II Guerra Mundial, porque el fantasmón inglés escribió en toda su vida lo que un negro literario se escribe en un mes!

Así que prestigio mucho, pero recomendación: leer… lean a los no premiados con este fulminante petardo dinamitero de la calidad y barreno y bomba eruptiva del eructo vomitivo de la honradez que es el Premio Nobel.

En España, lean a Pérez Galdós, a Ramón María del Valle-Inclán, a Miguel Hernández, a Federico García Lorca, a Miguel Delibes, a Gerardo Diego, y no a los patéticos ganadores –por lo general- petardos que lo recibieron, a base de cartuchos de influencias y abundante munición de caradura y de empalmes, encajes y clavijas ocultas.

Hágamme caso, lo más honesto que se puede hacer con el Premio Nobel, es lo que hizo un ejemplo de disconformidad existencial, Jean-Paul Sartre: rechazarlo.

QUE DESCANSADA Y LIMPIA VIDA LA DE QUIEN NO PARTICIPA EN COMPONENDAS LITERARIAS

En cambio, el autor al que nos referimos tampoco aspira a más distinciones en España, pues todo lo que sea por encima del Cervantes regional que ya tiene, es producto de la recomendación, el favoritismo y el amiguismo, como puede deducir silogísticamente quien eche cálculos al respecto.

Inclusive incurren en incuestionable enchufismo el Cervantes nacional, el premio Principado de Asturias, y los premios Nacionales de Literatura, que se conceden por amistad, nepotismo ideológico, facción, bando y bandería, sectarismo y saber hacerle la rosca a los resortes del poder pertinentes.

Cosa que el autor al que mantenemos en el más sigiloso de los anonimatos ni quiere hacer ni sabría, porque no es ducho en pasillos y pasadizos oscuros hacia lo efímero del éxito falsario.

“Por encima del Premio Cervantes regional, no hay limpieza. En él, sí.” ha escogido como lema, y no lo ha puesto en latín sino que se honra en mantenerlo en lengua vernácula, porque la lengua de Cervantes es más universal que la de Cicerón de aquí a Manila o a la Patagonia, que ya es hora de decirlo y de derribar viejos mitos insostenibles.

CUENTOS, RECUENTOS Y DESCUENTOS DE TODOS LOS PREMIOS LITERARIOS, USUALEMENTE TRUCADOS, AUNQUE EN OCASIONES EXCEPCIONALES NO.

Por otra parte cuenta con una docena de premios alcanzados todos ellos de forma honorable y a las claras, tanto de Periodismo, como de Poesía, como de Narrativa en relato corto y largo, incluso con nombres pomposos a lo Alfonso X el Sabio, el Provincial de su Provincia, el del Periódico de su Provincia, que fue el que más ilusión le hizo porque contaba entonces con muy pocos años, unos 18 o 19….

La promotora del este último Premio, de nombre Julia Barba y sobrenombre Julie Sopetrán, le hizo tal entrevista a toda página y con foto de jovencito doncel rompecorazones de entonces, y él se atrevió a decir tales cosas impulsivas y bravas, propias de la adolescencia, que le gustaría volver a ver dicha página y entrevista para solazarse los ojos.

Pero aunque lo ha pedido a los actuales gestores del periódico que le otorgó el Premio de Poesía N.A. que hagan por encontrar aquella entrevista y el largo poema con el que resultó ganador, los vigentes gestores no son lo valiosos que eran los de antaño, y no han movido un dedo por darle un reconocimiento que sí le dieron sus abuelos en el cargo, porque aquella generación era mucho mejor que los actuales aprendices de buenos periodistas que llevan N.A., de aquí a Huertahernando.

Por eso los barbilampiños aunque ya talludos y casi senectos dirigentes de ese medio provincial, no le conceden el favor de pedir que alguien bucee en sus archivos, en busca de aquel premio, cuyo texto presentado el autor no tiene.

Antes al contrario, gala tras gala en la convocatoria de unos Premios Popular de la Provincia que conceden, cuando algún miembro del jurado recuerda “este año debíamos darle ya el premio popular a este autor del que hablamos, porque ha publicado 20 libros en un año, o 7 o 6 o 5 en otros… Y dicen además que buenos”.

Pero la respuesta de quien tiene la última palabra es siempre la misma: “X, tenemos otros compromisos”.

O sea, que dichos premios se dan por compromiso, ¡acabáramos!, antes se daban por mérito y por eso obtuvo lo que ahora no puede recordar mediante la página periodística que lo recoge.

Porque título-título para enmarcar y poner en la pared no lo dieron, sino tres libros de la librería de abajo de donde tenía la sede el Semanario, que ha leído con fruición, aunque ninguno era el que él había pedido cuando le llamaron para comunicarle la concesión, y que fue el pedido “Teoría de la Expresión Poética”, de Carlos Bousoño, que el premiado sólo ha podido leer en bibliotecas, sin poder disfrutar nunca de él en la comodidad de su casa.

FIN DE LA TERCERA ENTREGA. (Continuará en este medio medio)

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«EL SOL UNIVERSAL» Tres novelas en un mismo volumen de 550 páginas

 

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Juan Pablo Mañueco

Nacido en Madrid en 1954. Licenciado en Filosofía y Letras, sección de Literatura Hispánica, por la Universidad Complutense de Madrid

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