El tío Paco
Landete es mi refugio. Mi pueblo. Mis raíces. A veces lo ciega el ruido de días exprimidos al máximo, sin dormir y con demasiado dolor de cabeza por la ingesta de caldos de la tierra y otros con ecos caribeños, pero ante todo está el abrigo que te acolcha por las noches (o amaneceres): la familia y los amigos. Los segundos, gracias a