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Chistes: el de los viejecitos cachondos y el de la Jessy y la moto

Te damos aquí unas pautas por si te dejas llevar por las copas y decides ponerte en faena

Chistes: el de los viejecitos cachondos y el de la Jessy y la moto
La chica y la moto. PD

Partiendo del axioma de que contar bien un chiste es un arte y que son pocos los que lo dominan, te damos aquí unas pautas por si te dejas llevar por las copas y decides ponerte en faena.

Si no tienes talento humorístico, no triunfarás, pero por lo menos te ahorras parte de bochorno:

  • Encuentra el momento justo para contarlo, como por ejemplo cuando haya silencio.
  • Nunca cuentes el chiste cuando estén hablando otras personas – ¡no interrumpas!
  • Cuéntalo con ganas, no seas un ‘robot’.
  • Haz gestos, expresiones con la cara, muévete y se flexible.
  • No te pongas a explicar el sentido del chiste

LA EDAD Y EL MATRIMONIO

  • La señora, ya muy frágil y viejecita, está con su anciano en la cama y de repente, se vuelve un poco y le dice:
    – ¡Feliz año nuevo!
    – Pero María, ¡estamos a 20 de agosto!
    – ¡Feliz año nuevo!
    – Por el amor de Dios, María, ¡estamos en verano!
    Tras esto, la ‘viejecita’ se pone la dentadura y dice:
    -¡¡Feliciano que me muero!!

LA MACIZA Y EL BANCO

  • Entra la maciza en el banco y se va directa hacia el empleado que le parece más importante, sentado tras una d elas mesas:
    -Hola, soy la Jessy.
    – Y?
    – Pues que quiero hacer una domiciliación.
    – ¿Su número de cuenta?
    – Aquí lo tiene.
    – ¿Y el IBAN?
    – Fuera, esperándome en la moto.

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