El giro de Washington reconfigura la guerra y la política interna de EE.UU

Trump ofrece misiles Patriot a Ucrania, pero la falta de sanciones más duras a Rusia irrita a Zelenski

El anuncio de Donald Trump sobre el envío de misiles Patriot a Ucrania da oxígeno a Kyiv, pero la ausencia de sanciones más severas a Moscú causa malestar en el Congreso y entre aliados europeos

Trump ofrece misiles Patriot a Ucrania, pero la falta de sanciones más duras a Rusia irrita a Zelenski

Hoy, 15 de julio de 2025, la política internacional se sacude tras el anuncio del presidente Donald Trump sobre el inminente envío de sistemas de defensa antiaérea Patriot a Ucrania.

La noticia llega en un momento crítico para Kyiv, asediada por la ofensiva rusa y con sus defensas aéreas al límite.

Sin embargo, el alivio que supone esta decisión contrasta con la decepción que genera la falta de sanciones más estrictas contra Moscú, una cuestión que divide tanto al Congreso estadounidense como a los socios europeos.

La comparecencia conjunta en la Casa Blanca entre Trump y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, marcó un punto de inflexión. El mandatario estadounidense subrayó que los Patriot no serán una ayuda gratuita: “EE.UU. venderá las armas a países europeos, que luego las transferirán a Kyiv. La OTAN pagará por ellas”. Este modelo refuerza el mensaje de “America First”, descargando sobre Europa la responsabilidad económica y política del apoyo militar.

El anuncio supone un respiro vital para Ucrania, que enfrenta ataques masivos con drones y misiles. El propio Trump reconoció el desgaste provocado por la negativa rusa a negociar: “Putin no está tratando bien a las personas. Está matando a demasiada gente”, declaró durante una reunión de gabinete. Esta frustración parece haber inclinado la balanza hacia una postura más alineada con Europa, pese al escepticismo inicial del presidente sobre prolongar el conflicto.

Sanciones: el gran ausente en la respuesta estadounidense

Mientras Ucrania celebra la llegada inminente de nuevas baterías antiaéreas, crece el descontento por la falta de un endurecimiento real en las sanciones contra Rusia. En el Congreso, senadores como Lindsey Graham y Richard Blumenthal impulsan una legislación que definen como un “mazazo” (sledgehammer) destinado a asfixiar económicamente al Kremlin y a sus aliados comerciales. Esta iniciativa permitiría imponer aranceles del 500% a países como China, India o Brasil si continúan comprando petróleo ruso.

  • La medida cuenta con 85 co-patrocinadores y busca dotar al presidente de máxima flexibilidad para presionar según evolucione el conflicto.
  • El proyecto ha sido respaldado públicamente por Trump, aunque su tramitación ha quedado en pausa por discrepancias internas y prioridades legislativas cambiantes.

Pese al apoyo bipartidista, algunos republicanos han enfriado las expectativas sobre una aprobación inmediata, alegando que aún deben pulirse detalles sobre su alcance y posibles impactos globales.

MAGA y Ucrania: ¿puede Trump convencer a su base?

Uno de los grandes interrogantes políticos gira en torno al movimiento MAGA (Make America Great Again) y su tradicional reticencia a involucrarse en conflictos ajenos. Trump ha intentado cuadrar el círculo:

  • Destaca que Europa asume el coste financiero del envío armamentístico.
  • Subraya que se trata más de un negocio para EE.UU. que de un gesto altruista.
  • Mantiene abiertas las opciones para futuras sanciones si Rusia no accede pronto a negociar un alto el fuego.

Sin embargo, convencer al núcleo duro del trumpismo no será sencillo. Parte del electorado republicano ve con escepticismo cualquier implicación militar sostenida fuera del país, temiendo repetir errores del pasado o verse atrapados en una guerra interminable. Analistas apuntan que solo una estrategia claramente rentable para EE.UU., tanto económica como geopolíticamente, podrá consolidar ese respaldo interno.

Europa toma protagonismo financiero… ¿y político?

El nuevo esquema propuesto por Trump refuerza el papel financiero europeo en la defensa ucraniana. La OTAN celebró la decisión como “una oportunidad muy importante para Ucrania”. Además:

  • Los países aliados podrán computar este gasto militar dentro del compromiso asumido en la cumbre reciente de destinar hasta un 5% del PIB a defensa antes de 2035.
  • Esta fórmula podría aliviar tensiones internas dentro de la Alianza Atlántica acerca del reparto justo de cargas.

No obstante, Europa sigue reclamando una acción coordinada más firme en materia de sanciones económicas contra Rusia, consciente de que solo una presión combinada puede modificar los cálculos estratégicos del Kremlin.

Escenarios abiertos: ¿hacia dónde va la guerra?

El envío inmediato de misiles Patriot permite frenar temporalmente la ofensiva aérea rusa sobre infraestructuras clave ucranianas. Sin embargo:

  • El impacto real dependerá tanto del número total de sistemas entregados como del ritmo al que se integren en las defensas ucranianas.
  • Si Trump decide finalmente respaldar las sanciones propuestas por el Senado —o incluso imponer unilateralmente aranceles “del 100%” o superiores— Moscú podría afrontar presiones inéditas.
  • La base republicana permanece dividida ante cualquier escalada militar o comercial prolongada.

En palabras del propio Trump: “Esto no es la guerra de Trump. Estamos aquí para intentar terminarla y llegar a un acuerdo”. Pero lo cierto es que cada paso adoptado desde Washington reconfigura no solo el tablero militar ucraniano sino también las alianzas internacionales —y las apuestas políticas domésticas— ante uno de los mayores desafíos geopolíticos del siglo XXI.

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